Así es la política en el primer siglo y en el siglo 21. Aunque Roma no era una democracia, al gobernador se le responsabilizaba por mantener la calma, la "pax romana", con un mínimo de violencia. Hemos visto una vez más a los sacerdotes con mentiras "que no pueden probar" y al gobernador temiendo por su puesto si resulta que no les puede contentar. En nuestro tiempo los políticos tienen que mantenerse mediante muchas promesas, intentando complacer a todos los votantes. Y eso es imposible.
Así que, Pablo ya ha pasado por:
- un centurión romano
- el comandante Lisias
- un complot para ponerle una emboscada y matarle
- el gobernador Félix
- el gobernador Festo
- el rey Agripa (mañana, v 22)
A lo mejor esta lectura te ha resultado un poco aburrido si lo ves por encima, pero si eres capaz de trazar la mano de Dios llevando a cabo su voluntad, no sólo encuentras un relato fascinante, sino que también sacarás valiosas aplicaciones para tu propia vida.
Pablo ante el gobernador Festo
25:1- Festo llegó
para ocupar su puesto de gobernador, y tres días después se dirigió de Cesarea
a Jerusalén. 2- Allí los sacerdotes y los judíos más importantes le presentaron
una demanda contra Pablo. 3- Le pidieron, como favor especial, que ordenase el
traslado de Pablo a Jerusalén. El plan de ellos era hacer que lo mataran en el
camino; 4- pero Festo contestó que Pablo estaba preso en Cesarea y que él mismo
pensaba ir allá dentro de poco. 5- Les dijo:
–Por eso, vuestras autoridades deben ir conmigo a
Cesarea, y si ese hombre ha cometido algún delito, allí podrán acusarle. 6- Festo
permaneció en Jerusalén ocho o diez días más, y luego regresó a Cesarea. Al día
siguiente ocupó su asiento en el tribunal y ordenó que le llevaran a Pablo. 7- Cuando
Pablo entró, los judíos llegados de Jerusalén se acercaron y le acusaron de
muchas cosas graves, aunque no pudieron probar ninguna de ellas. 8- Pablo, a su
vez, dijo en su defensa:
–Yo no he cometido ningún delito, ni contra la ley de los
judíos ni contra el templo ni contra el césar. 9- Pero como Festo quería quedar
bien con los judíos, preguntó a Pablo:
–¿Quieres ir a Jerusalén para que yo juzgue allí tu caso?
10- Pablo contestó:
–Estoy ante el tribunal del césar, que es donde debo ser
juzgado. Como tú bien sabes, nada malo he hecho contra los judíos. 11- Si he
cometido algún delito que merezca la pena de muerte, no me niego a morir; pero
si no hay nada de cierto en las cosas de que me acusan, nadie tiene el derecho
de entregarme a ellos. Pido que me juzgue el propio césar. 12- Festo consultó
entonces con sus consejeros y dijo:
–Puesto que has pedido que te juzgue el césar, al césar
irás.
Pablo es llevado ante Agripa
13- Al cabo de algunos días, el rey Agripa y Berenice
fueron a Cesarea a saludar a Festo. 14- Como estuvieron allí varios días, Festo
contó al rey el caso de Pablo. Le dijo:
–Hay aquí un hombre que Félix dejó preso. 15- Cuando
estuve en Jerusalén, los jefes de los sacerdotes y los ancianos de los judíos
me presentaron una demanda contra él, pidiéndome que le condenara. 16- Les
contesté que la autoridad romana no acostumbra condenar a muerte a nadie sin
que antes el acusado haya podido enfrentarse con sus acusadores para defenderse
de la acusación. 17- Por eso, cuando vinieron acá, sin perder tiempo, ocupé al
día siguiente mi asiento en el tribunal y mandé traer al hombre. 18- Pero los
que se presentaron para acusarle no alegaron en contra suya ninguno de los
delitos que yo había pensado. 19- Lo único que tenían contra él eran cosas de
su religión, y de un tal Jesús que murió y que Pablo dice que está vivo. 20- Como
yo no sabía qué hacer en este asunto, le pregunté a Pablo si quería ir a
Jerusalén para ser juzgado de esas cosas; 21- pero él ha pedido que le juzgue
Su Majestad el emperador. Por eso he ordenado que siga preso hasta que yo pueda
enviárselo al césar. 22- Agripa dijo a Festo:
–Yo también quisiera oir a ese hombre.
Festo le contestó:
–Mañana mismo le oirás. 23- Al día siguiente, Agripa y
Berenice llegaron con gran pompa, y entraron en la sala junto con los jefes militares
y las principales autoridades de la ciudad. Festo mandó que le llevaran a
Pablo, 24- y dijo:
–Rey
Agripa y señores que estáis aquí reunidos con nosotros: ahí tenéis a ese
hombre. Todos los judíos me han traído acusaciones contra él, tanto en Jerusalén
como aquí en Cesarea, y no dejan de pedirme a gritos su muerte; 25- pero a mí
no me parece que haya hecho nada que la merezca. Sin embargo, como él mismo ha
pedido ser juzgado por Su Majestad el emperador, he decidido enviárselo. 26- Ahora
bien, como no tengo nada concreto que escribir a mi señor el emperador acerca
de él, lo traigo ante vosotros, y sobre todo ante ti, rey Agripa, para que
después de interrogarle tenga yo algo que escribir. 27- Pues me parece absurdo
enviar un preso y no decir de qué está acusado.
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