Acabo de venir del hospital, donde por las paredes interiores se ve una cantidad de advertencias sobre la importancia de lavar las manos antes de atender a los pacientes. Las intervenciones quirúrgicas comienzan con la limpieza.
La iglesia acaba de nacer, y a estas alturas es esencial mantenerla libre de contaminación. Vemos aquí en Hechos 5 que ya hay un peligro, la mentira. Y el motivo, impresionar a los demás. Se está preparando los cimientos de la iglesia de Cristo. Dios se ve ante la necesidad de tomar pasos drásticos. No vemos nada parecido en el resto del libro de Hechos. Dios odia la mentira. Y juntamente, vemos el amor al dinero. Jesús dice en Lucas 16, No podéis servir a Dios y al dinero.
Y Pablo en Colosense 3 refuerza ese concepto diciendo que la avaricia es idolatría. Luego ¿cómo puede ser la persecución un buen comienzo? Cuando leemos las bienaventuranzas entendemos que sí. Mateo 5:10-12 “Dichosos los perseguidos por hacer lo que es justo, porque suyo es el reino de los cielos. 11- “Dichosos vosotros, cuando la gente os insulte y os maltrate, y cuando por causa mía digan contra vosotros toda clase de mentiras. 12- ¡Alegraos, estad contentos, porque en el cielo tenéis preparada una gran recompensa! Así persiguieron también a los profetas que vivieron antes que vosotros.
Y Pablo en Colosense 3 refuerza ese concepto diciendo que la avaricia es idolatría. Luego ¿cómo puede ser la persecución un buen comienzo? Cuando leemos las bienaventuranzas entendemos que sí. Mateo 5:10-12 “Dichosos los perseguidos por hacer lo que es justo, porque suyo es el reino de los cielos. 11- “Dichosos vosotros, cuando la gente os insulte y os maltrate, y cuando por causa mía digan contra vosotros toda clase de mentiras. 12- ¡Alegraos, estad contentos, porque en el cielo tenéis preparada una gran recompensa! Así persiguieron también a los profetas que vivieron antes que vosotros.
Sal y luz del mundo
El pecado de Ananías y
Safira
5:1-
Pero hubo un hombre llamado Ananías, que junto con Safira, su esposa, vendió un
terreno. 2- Este hombre, de acuerdo con su
esposa, se quedó con una parte del dinero y puso la otra parte a disposición de
los apóstoles. 3- Pedro le dijo: "Ananías, ¿cómo dejaste que Satanás entrase en tu corazón para que te
hiciera mentir al Espíritu Santo quedándote con parte del dinero que te pagaron
por el terreno? 4- ¿Acaso el terreno no era
tuyo? Y puesto que lo vendiste, ¿no era tuyo el dinero? ¿Cómo se te ocurrió
hacer eso? No has mentido a los hombres, sino a Dios."
5- Al oir esto, Ananías cayó muerto. Y todos los que lo supieron se llenaron de miedo. 6- Vinieron entonces unos jóvenes, envolvieron el cuerpo y se lo llevaron a enterrar. 7- Como unas tres horas después entró la esposa de Ananías, sin saber lo que había sucedido. 8- Pedro le preguntó: "Dime, ¿vendisteis el terreno en el precio que habéis declarado?"
5- Al oir esto, Ananías cayó muerto. Y todos los que lo supieron se llenaron de miedo. 6- Vinieron entonces unos jóvenes, envolvieron el cuerpo y se lo llevaron a enterrar. 7- Como unas tres horas después entró la esposa de Ananías, sin saber lo que había sucedido. 8- Pedro le preguntó: "Dime, ¿vendisteis el terreno en el precio que habéis declarado?"
"Sí, en ese precio," contestó ella. 9- Pedro
le dijo: "¿Por qué os pusisteis de acuerdo para poner a prueba al Espíritu del
Señor? Ahí llegan los que llevaron a enterrar a tu esposo, y ahora van a
llevarte también a ti." 10- En aquel mismo
momento, Safira cayó muerta a los pies de Pedro. Cuando los jóvenes entraron la
encontraron muerta, y se la llevaron a enterrar al lado de su esposo. 11- Todos los de la iglesia y todos los que supieron
lo ocurrido se llenaron de temor.
12- Por
medio de los apóstoles se hacían muchas señales y milagros entre la gente, y
todos se reunían en el pórtico de Salomón. 13- Ninguno
de los demás se atrevía a juntarse con ellos; sin embargo, la gente los
estimaba mucho. 14- Y aumentó el número de
personas, tanto hombres como mujeres, que creían en el Señor. 15- Y sacaban los enfermos a las calles, poniéndolos
en camas y camillas para que, al pasar Pedro, al menos su sombra cayera sobre
alguno. 16- También de los pueblos vecinos
acudía mucha gente a Jerusalén trayendo enfermos y personas atormentadas por
espíritus impuros. Y todos eran sanados.
El comienzo de las persecuciones
17- El sumo sacerdote y los
del partido saduceo que estaban con él se llenaron de envidia, 18- y apresaron a los apóstoles y los metieron en la
cárcel pública. 19- Pero un ángel del Señor
abrió de noche las puertas de la cárcel, los sacó y les dijo: 20- “Id, y puestos de pie en el templo contad al
pueblo todo lo referente a esta vida nueva.”
21- Conforme a estas palabras, al día siguiente entraron temprano en el templo y comenzaron a enseñar. Mientras tanto, el sumo sacerdote y los que estaban con él llamaron a todos los ancianos israelitas a una reunión de la Junta Suprema, y mandaron traer de la cárcel a los apóstoles. 22- Pero cuando los guardias llegaron a la cárcel no los encontraron. Así que volvieron con la noticia, 23- diciendo, "Hemos encontrado la cárcel perfectamente cerrada y a los soldados vigilando ante las puertas; pero, al abrir, no encontramos a nadie dentro."
24- Oyendo estas palabras, el jefe de la guardia del templo y los principales sacerdotes se preguntaban en qué pararía aquel asunto. 25- En el mismo momento llegó uno que les dijo:
21- Conforme a estas palabras, al día siguiente entraron temprano en el templo y comenzaron a enseñar. Mientras tanto, el sumo sacerdote y los que estaban con él llamaron a todos los ancianos israelitas a una reunión de la Junta Suprema, y mandaron traer de la cárcel a los apóstoles. 22- Pero cuando los guardias llegaron a la cárcel no los encontraron. Así que volvieron con la noticia, 23- diciendo, "Hemos encontrado la cárcel perfectamente cerrada y a los soldados vigilando ante las puertas; pero, al abrir, no encontramos a nadie dentro."
24- Oyendo estas palabras, el jefe de la guardia del templo y los principales sacerdotes se preguntaban en qué pararía aquel asunto. 25- En el mismo momento llegó uno que les dijo:
"Los que vosotros metisteis en la cárcel están en el templo enseñando al
pueblo." 26- El jefe de la guardia, junto con
los guardias, fue a buscarlos; pero no los maltrataron, porque tenían miedo de
ser apedreados por la gente.
27- Al llegar, los llevaron ante la Junta Suprema, y el sumo sacerdote les dijo: 28- "Os habíamos prohibido terminantemente enseñar nada relacionado con ese hombre. Y vosotros, ¿qué habéis hecho? ¡Habéis llenado toda Jerusalén con vuestras enseñanzas, y encima queréis echarnos la culpa de la muerte de ese hombre!"
29- Pedro y los demás apóstoles contestaron: "Es nuestro deber obedecer a Dios antes que a los hombres. 30- El Dios de nuestros antepasados resucitó a Jesús, el mismo a quien vosotros matasteis colgándolo de una cruz. 31- Dios lo ha levantado a su derecha y le ha hecho Guía y Salvador, para que la nación de Israel se convierta a Dios y reciba el perdón de sus pecados. 32- De esto somos testigos nosotros, y también lo es el Espíritu Santo, que Dios ha dado a quienes le obedecen."
33- Al oir esto, se enfurecieron y querían matarlos. 34- Pero en la Junta Suprema había un fariseo llamado Gamaliel, que era un maestro de la ley muy respetado por el pueblo. Este se puso en pie y mandó que por un momento sacaran de allí a los apóstoles. 35- Luego dijo a las demás autoridades: "Israelitas, tened cuidado con lo que vais a hacer con esos hombres. 36- Recordad que hace algún tiempo se levantó Teudas, alegando ser alguien importante, y unos cuatrocientos hombres le siguieron. Pero a este lo mataron, sus seguidores se dispersaron y allí acabó todo. 37- Más tarde, en los días del censo, se levantó Judas, el de Galilea, y logró que algunos le siguieran; pero también lo mataron y todos sus seguidores se dispersaron. 38- Por eso os aconsejo que dejéis a estos hombres y no os metáis con ellos; porque si este asunto es cosa de los hombres, fracasará; 39- pero si es cosa de Dios, no podréis vencerlos. Tened cuidado, no vayáis a encontraros en lucha contra Dios." Ellos le hicieron caso.
40- Así que llamaron a los apóstoles, los azotaron y les prohibieron seguir hablando en el nombre de Jesús. Después los soltaron. 41- Los apóstoles salieron de la presencia de las autoridades muy contentos, porque Dios los había considerado dignos de sufrir injurias por causa del nombre de Jesús. 42- Todos los días enseñaban y anunciaban la buena noticia de Jesús el Mesías, lo mismo en el templo que por las casas.
27- Al llegar, los llevaron ante la Junta Suprema, y el sumo sacerdote les dijo: 28- "Os habíamos prohibido terminantemente enseñar nada relacionado con ese hombre. Y vosotros, ¿qué habéis hecho? ¡Habéis llenado toda Jerusalén con vuestras enseñanzas, y encima queréis echarnos la culpa de la muerte de ese hombre!"
29- Pedro y los demás apóstoles contestaron: "Es nuestro deber obedecer a Dios antes que a los hombres. 30- El Dios de nuestros antepasados resucitó a Jesús, el mismo a quien vosotros matasteis colgándolo de una cruz. 31- Dios lo ha levantado a su derecha y le ha hecho Guía y Salvador, para que la nación de Israel se convierta a Dios y reciba el perdón de sus pecados. 32- De esto somos testigos nosotros, y también lo es el Espíritu Santo, que Dios ha dado a quienes le obedecen."
33- Al oir esto, se enfurecieron y querían matarlos. 34- Pero en la Junta Suprema había un fariseo llamado Gamaliel, que era un maestro de la ley muy respetado por el pueblo. Este se puso en pie y mandó que por un momento sacaran de allí a los apóstoles. 35- Luego dijo a las demás autoridades: "Israelitas, tened cuidado con lo que vais a hacer con esos hombres. 36- Recordad que hace algún tiempo se levantó Teudas, alegando ser alguien importante, y unos cuatrocientos hombres le siguieron. Pero a este lo mataron, sus seguidores se dispersaron y allí acabó todo. 37- Más tarde, en los días del censo, se levantó Judas, el de Galilea, y logró que algunos le siguieran; pero también lo mataron y todos sus seguidores se dispersaron. 38- Por eso os aconsejo que dejéis a estos hombres y no os metáis con ellos; porque si este asunto es cosa de los hombres, fracasará; 39- pero si es cosa de Dios, no podréis vencerlos. Tened cuidado, no vayáis a encontraros en lucha contra Dios." Ellos le hicieron caso.
40- Así que llamaron a los apóstoles, los azotaron y les prohibieron seguir hablando en el nombre de Jesús. Después los soltaron. 41- Los apóstoles salieron de la presencia de las autoridades muy contentos, porque Dios los había considerado dignos de sufrir injurias por causa del nombre de Jesús. 42- Todos los días enseñaban y anunciaban la buena noticia de Jesús el Mesías, lo mismo en el templo que por las casas.
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