Me pasa por la mente estos días una frase que usó Jesús para explicar ciertas decisiones que Dios toma. Por la dureza de vuestro corazón, Moisés os permitió... (Mateo 19:8). ¿Qué es lo que Dios pretende? ¿Por qué no les obliga a la fuerza? Ayer en casa salió en la conversación un comentario sobre el rey David, que no era muy modélico en su situación familiar, con su enorme harén. El mismo rey hace lo que vimos en el pueblo ayer, quiere ser como las naciones alrededor.
Veo que Dios tiene un objetivo, llegar a tener un pueblo que le obedece en todo aspecto. La ley de Moisés define cómo será. Pero la raza humana, incluyendo a Israel, tomó una decisión en el principio de rebeldía (caso de Adán y Eva). Ese objetivo que Dios se propuso le guía en el trato con este pueblo testarudo. A su pueblo les estimula mediante pequeños empujones (la palabra "nudge" en inglés) y con barreras y promesas y advertencias.
Luego, incluso con la llegada del Espíritu Santo, Dios todavía tiene que tratar con un pueblo rebelde. Tenemos grandes muestras de ello: el abuso del poder por parte de la jerarquía en la edad media, las cruzadas (¿Cuándo mandó Jesús matar?), el uso de textos bíblicos para esclavizar a seres humanos en el comienzo de América, y la gran tentación que advirtió Jesús, en la que caen tantos cristianos, servir al Dios de las riquezas (Lucas 16) mientras mantienen una "doctrina pura".
Muchas veces empezamos bien como Saúl. Fíjate en estos 3 capítulos (1 Samuel 10-12), lo recto y obediente y valiente y hasta humilde que es este rey. Todavía tienen al profeta Samuel, que les dice esa famosa frase en el 12:23, lejos esté de mí que peque contra el SEÑOR cesando de orar por vosotros, antes bien, os instruiré en el camino bueno y recto. Samuel ha decidido colaborar con Dios en su trato con un pueblo rebelde.
Sabemos que Saúl acabó mal. El poder corrompe. Y pienso en otro rey, Salomón, mucho más privilegiado, que también comenzó bien y acabó mal. ¡Aprendamos!
Gracias! Qué difícil es mantener una trayectoria positiva en la santidad.
ResponderEliminar¿Crees que la iglesia que propulsó las cruzadas, y el pueblo norteamericano que esclavizaron a otras personas, eran "pueblo de Dios"?
El papa Urbano inicia las cruzadas. Así que, la clave aquí sería nuestra definición de iglesia. En cuanto a la esclavitud, podríamos preguntar si personas como Filemón eran auténtico pueblo de Dios por no haber eliminado la esclavitud en su propio entorno.
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