13-enero
Mat 26:6-13
7 se le acercó una mujer con un frasco de
alabastro de perfume muy costoso, y lo derramó sobre su cabeza cuando estaba
sentado a la mesa.
8 Pero al ver esto, los discípulos se
indignaron, y decían: ¿Para qué este desperdicio?
9 Porque este perfume podía haberse vendido a
gran precio, y el dinero habérselo dado a los pobres.
10 Pero Jesús, dándose cuenta, les dijo: ¿Por
qué molestáis a la mujer? Pues buena obra ha hecho conmigo.
11 Porque a los pobres siempre los tendréis con
vosotros, pero a mí no siempre me tendréis.
12 Pues al derramar ella este perfume sobre mi
cuerpo, lo ha hecho a fin de prepararme para la sepultura.
13 En verdad os digo: Dondequiera que este
evangelio se predique, en el mundo entero, se hablará también de lo que ésta ha
hecho, en memoria suya.
Mar 14:3-9
3 Y estando El en Betania, sentado a la mesa en
casa de Simón el leproso, vino una mujer con un frasco de alabastro de perfume
muy costoso de nardo puro; y rompió el frasco y lo derramó sobre la cabeza de
Jesús.
4 Pero algunos estaban indignados y se decían
unos a otros: ¿Para qué se ha hecho este desperdicio de perfume?
5 Porque este perfume podía haberse vendido por
más de trescientos denarios, y dado el dinero a los pobres. Y la reprendían.
6 Pero Jesús dijo: Dejadla; ¿por qué la
molestáis? Buena obra ha hecho conmigo.
7 Porque a los pobres siempre los tendréis con
vosotros; y cuando queráis les podréis hacer bien; pero a mí no siempre me
tendréis.
8 Ella ha hecho lo que ha podido; se ha
anticipado a ungir mi cuerpo para la sepultura.
9 Y en verdad os digo: Dondequiera que el
evangelio se predique en el mundo entero, también se hablará de lo que ésta ha
hecho, para memoria suya.
Juan 11:55-57, 12:1-8
55 Y estaba cerca la Pascua de los judíos, y
muchos de la región subieron a Jerusalén antes de la Pascua para purificarse.
56 Entonces buscaban a Jesús, y estando ellos en
el templo, se decían unos a otros: ¿Qué os parece? ¿Que no vendrá a la fiesta?
57 Y los principales sacerdotes y los fariseos
habían dado órdenes de que si alguien sabía dónde estaba Jesús, diera aviso
para que le prendieran.
1 Entonces Jesús, seis días antes de la Pascua,
vino a Betania donde estaba Lázaro, al que Jesús había resucitado de entre los
muertos.
2 Y le hicieron una cena allí, y Marta servía;
pero Lázaro era uno de los que estaban a la mesa con El.
3 Entonces María, tomando una libra de perfume
de nardo puro que costaba mucho, ungió los pies de Jesús, y se los secó con los
cabellos, y la casa se llenó con la fragancia del perfume.
4 Y Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el
que le iba a entregar, dijo*:
5 ¿Por qué no se vendió este perfume por
trescientos denarios y se dio a los pobres?
6 Pero dijo esto, no porque se preocupara por
los pobres, sino porque era un ladrón, y como tenía la bolsa del dinero,
sustraía de lo que se echaba en ella.
7 Entonces Jesús dijo: Déjala, para que lo
guarde para el día de mi sepultura.
8 Porque a los pobres siempre los tendréis con
vosotros; pero a mí no siempre me tendréis.
La pobre María está desentonando otra vez. Antes fue ella quien se sentaba para escuchar a Jesús, dejando a su pobre hermana los trabajos de la cocina. Ahora está tirando por el suelo, literalmente, el sueldo de un año.
Mateo nos dice que los discípulos se indignaron. Marcos dice que algunos estaban indignados. Juan señala a un un individuo, Judas, que parece que tiene alborotados a los demás. También es Juan quien nos llama la atención a la fragancia.
Los discípulos son realistas. Entienden el valor del dinero. María es idealista, está enamorada. Algo le dice que ahora este momento es único y hay que aprovecharlo. Al hacer esta lectura estamos cumpliendo las palabras de Jesús cuando dijo, "Dondequiera que este evangelio se predique, en el mundo entero, se hablará también de lo que ésta ha hecho, en memoria suya.".
En los dos casos Jesús sale a la defensa de María. Ella no desentona. Está sintonizada con Dios, y son sus críticos los que no están en la onda.
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