jueves, 31 de mayo de 2012


Armas superiores
Aperitivo                      1 Pedro 4:1-7
Menú completo           1 Pedro 4

La potencia del armamento moderno se nos escapa a nuestra capacidad mental. Entre cabezas nucleares, armas químicas y biológicas, la humanidad nunca ha visto semejante posibilidad de destrucción mutua. Con tanta amenaza, los cristianos tenemos que armarnos también. Pedro nos dice aquí cómo hacerlo. Es una fórmula probada. La conquista que ha realizado Cristo aprovechó unas armas superiores a todas las demás. Se trata del padecimiento en la carne. Así fue como venció toda maldad y terminó con el pecado (v 1).

Para que nosotros hagamos uso de estas armas, se necesita primero un rearme mental. Tenemos que armarnos del mismo pensamiento. Nuestra mentalidad normal cuenta con el poder del dinero, los enchufes, y la inteligencia. Necesitamos tener muy claro el poder del sacrificio. No todos podemos hacernos fuertes según los cánones del mundo, pero sí todos podemos hacernos débiles como hizo Jesús. Si existe un arma que sea especialidad de los débiles, es algo que nos interesa mucho. Este capítulo empieza con el padecimiento de Cristo y termina con los que padecen según la voluntad de Dios, con varias referencias a través del texto hasta el siguiente capítulo. El padecimiento es un arma basada en un poder desconocido. Nadie esperaba verle a Jesús resucitar. Nadie esperaba ver al millón de cristianos chinos multiplicarse por 50 o 100 bajo la presión de Mao. Nadie conoce la fuerza que se liberará cuando nos armemos de esta mentalidad.

No hay que buscar el sufrimiento. Los vss 12-16 aclaran que es automático cuando seguimos a Cristo. Pablo dice enfáticamente en 2 Tim 3:12 que todos los que viven conforme a la voluntad de Dios sufrirán persecución. La cuestión es si estamos armados.

¿Qué armas me atraen más?

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