Vitaminas (Lectura mínima) Hechos 5:1-11
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En Hechos capítulo cinco llega la amenaza desde dos fuentes: los que están dentro de la iglesia y los que están fuera. Pienso que el mayor peligro es el que viene de dentro. Dios trata con mucho más rapidez a los cristianos falsos que a los poderes políticos. ¿Qué es el pecado de Ananías y Safira? No son culpables de desfalco, ni de ningún crimen “serio”. Han mentido a sus hermanos, o más bien al Espíritu Santo (v 4). La iglesia es el reflejo del cielo en la tierra. En la Epístola a los Efesios Pablo enseña claramente, “No mintáis los unos a los otros porque somos miembros los unos de los otros.” Se trata de un mal que requiere cirugía radical. Menos mal que Pedro está atento a la dirección del Espíritu Santo y esa cirugía puede realizarse. Les esperan grandes dificultades a la vuelta de la esquina con el feroz aumento de la oposición ¿Cómo podría sobrevivir una iglesia contaminada? ¿Cómo van a ver esa avalancha de milagros (v 12) si no puede fluir con libertad el Espíritu Santo entre ellos?
No tenemos ningún otro relato así donde se produce la muerte instantánea de dos personas en la comunidad cristiana. Esto sucede en los principios de la historia de la iglesia y demuestra la actitud de Dios hacia el engaño. Pedro podía haber dicho, “bueno, son gente inmadura, y además es un dinero que nos será útil. No queremos asustar a los demás, así que será mejor no ser demasiado radicales con esta pareja. Pero Dios fue radical y la iglesia fue limpiada y prosperó y siguió creciendo (v 42)
¿Tendríamos más poder espiritual si los responsables en la iglesia reaccionaran como Pedro?
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