lunes, 2 de noviembre de 2009

Seguidores, enemigos y familiares


     Entre muchas cosas que estoy viendo por primera vez en esta lectura del Evangelio es la aplicación que Jesús da a su explicación del demonio que regresa a su casa con 7 colegas. Está hablando de "esta generación perversa", la de los escribas y fariseos. Jesús está arrasando por Galilea, expulsando espíritus malos y sembrando palabras de esperanza. Un soplo divino ha pasado por esa región con dos efectos: a) echando la red va a sacar un pueblo pulido y limpio de entre pescadores, ex-endemoniados, prostitutas y la escoria de la sociedad. b) la gente buena, los de las apariencias, los de las grandes oportunidades porque son expertos en las Escrituras, quedará endurecida y su estado posterior será peor que antes.
     ¿Por qué le buscan su madre y sus hermanos? Cuando lees el relato entero en Marcos, sale un dato sorprendente. Marcos 3:21 - Cuando los familiares de Jesús supieron lo que hacía, fueron para llevárselo, porque decían que se había vuelto loco. (Versión, Biblia en Lenguaje Sencillo) Es decir, "Jesús, te has pasado; debes tomar un descanso y comer algo". Recordemos que sus hermanos no creían en él todavía (Juan 7:5). Marcos 3:31-32 - Mientras tanto, llegaron la madre y los hermanos de Jesús a la casa donde él estaba, pero prefirieron quedarse afuera y mandarlo llamar. La gente que estaba sentada alrededor de Jesús le dijo:  --Tu madre, tus hermanos y tus hermanas están allá afuera, y quieren hablar contigo.
     Entonces Jesús repite una frase que ya habló antes. ¿Te suena? Los que oyen la Palabra de Dios y la hacen (Lucas 8:21), o como dicen Marcos y Mateo, Los que hacen la voluntad de mi Padre. Estos son el hombre prudente de Mateo 7. Los que practican las enseñanzas del Sermón del Monte son los hermanos y la madre de Jesús. Tú y yo tenemos ese privilegio hoy, aquí, en nuestro pueblo, de ser familia de Jesús. ¿Piensas que exagera, o es posible que aquí hay una gran verdad, un misterio para meditar y practicar?
     Ayer, hablando de estas cosas, nos contó Raúl de un hombre, mejicano nomás, que se convirtió después de pegar a un cristiano que luego puso la otra mejilla. A ver qué oportunidades se te presentan hoy. 

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