Nuestra lectura cronológica nos indica que el final de libro de 2 Crónicas es idéntico al comienzo de Esdras. Se piensa que él escribió ambos libros. ¿Quién es este hombre? Al comienzo del libro se le ve como cronista, escribiendo la historia de lo que pasaba en su tiempo. La mención del rey Ciro (profetizado años antes por nombre en el libro de Isaías, 44:28; 45:1) nos recuerda que Dios es quien mueve todos los hilos.
Luego, en este Vídeo de 3 minutos, vemos que en el capítulo 7 de su libro él es encargado, como sacerdote, para restaurar el culto en Jerusalén. El vídeo también presenta un interesante contraste entre Esdras y su colega Nehemías.
Importancia de la profecía de Jeremías (Esdras 1:1), que fue también una influencia clave en el ministerio de profeta Daniel (9:2).
Los judíos mantenían registros cuidadosos de su historia familiar. En el 2:62 los que no pueden demostrar su linaje son excluidos del sacerdocio. También las familias reales. En el Nuevo Testamento, por ejemplo, era conocido que José y María descendían del rey David.
El capítulo 3 muestra un buen comienzo para la restauración de esta ciudad demolida: "se reunió el pueblo en Jerusalén con un mismo propósito". Si en el siglo 21 se reúne el pueblo de Dios con un mismo propósito ¿qué será?
Y antes de emprender el trabajo del templo construyen un artículo, el altar de bronce para hacer sacrificios, a pesar de su miedo a ser atacados. Lo primero no es su propia defensa, sino su consagración a Dios. ¿Se te ocurre un texto del Nuevo Testamento para nosotros en este mismo sentido? También nos habla de un sacrificio, Romanos 12:1, Por tanto, hermanos míos, os ruego por la misericordia de Dios que os presentéis a vosotros mismos como ofrenda viva, consagrada y agradable a Dios. Este es el verdadero culto que debéis ofrecer.
Y después comienzan la reconstrucción del templo. También se está construyendo un templo en nuestro tiempo, "Porque nosotros somos el templo del Dios viviente" (2 Corintios 6:16).
Mi reacción, contemplando la historia de Israel, desde el patriarca Abraham, pasando por Egipto y Moisés, luego con los reyes, y ahora el restablecimiento del pueblo en Jerusalén, ¡Qué enorme paciencia tiene Dios!
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