11-febrero
Juan
18:2-12
2 También Judas, el
que le iba a entregar, conocía el lugar, porque Jesús se había reunido allí a
menudo con sus discípulos.
3 Entonces Judas, tomando la cohorte romana , y a varios alguaciles de los principales sacerdotes y de los fariseos, fue allá con linternas, antorchas y armas.
4 Jesús, pues, sabiendo todo lo que le iba a sobrevenir, salió y les dijo: ¿A quién buscáis?
5 Ellos le respondieron: A Jesús el Nazareno. El les dijo: Yo soy. Y Judas, el que le entregaba, estaba con ellos.
6 Y cuando El les dijo: Yo soy, retrocedieron y cayeron a tierra.
7 Jesús entonces volvió a preguntarles: ¿A quién buscáis? Y ellos dijeron: A Jesús el Nazareno.
8 Respondió Jesús: Os he dicho que yo soy; por tanto, si me buscáis a mí, dejad ir a éstos;
9 para que se cumpliera la palabra que había dicho: De los que me diste, no perdí ninguno.
10 Entonces Simón Pedro, que tenía una espada, la sacó e hirió al siervo del sumo sacerdote, y le cortó la oreja derecha. El siervo se llamaba Malco.
11 Jesús entonces dijo a Pedro: Mete la espada en la vaina. La copa que el Padre me ha dado, ¿acaso no la he de beber?
12 Entonces la cohorte romana, el comandante y los alguaciles de los judíos prendieron a Jesús y le ataron,
3 Entonces Judas, tomando la cohorte romana , y a varios alguaciles de los principales sacerdotes y de los fariseos, fue allá con linternas, antorchas y armas.
4 Jesús, pues, sabiendo todo lo que le iba a sobrevenir, salió y les dijo: ¿A quién buscáis?
5 Ellos le respondieron: A Jesús el Nazareno. El les dijo: Yo soy. Y Judas, el que le entregaba, estaba con ellos.
6 Y cuando El les dijo: Yo soy, retrocedieron y cayeron a tierra.
7 Jesús entonces volvió a preguntarles: ¿A quién buscáis? Y ellos dijeron: A Jesús el Nazareno.
8 Respondió Jesús: Os he dicho que yo soy; por tanto, si me buscáis a mí, dejad ir a éstos;
9 para que se cumpliera la palabra que había dicho: De los que me diste, no perdí ninguno.
10 Entonces Simón Pedro, que tenía una espada, la sacó e hirió al siervo del sumo sacerdote, y le cortó la oreja derecha. El siervo se llamaba Malco.
11 Jesús entonces dijo a Pedro: Mete la espada en la vaina. La copa que el Padre me ha dado, ¿acaso no la he de beber?
12 Entonces la cohorte romana, el comandante y los alguaciles de los judíos prendieron a Jesús y le ataron,
Marcos 14:54
54 Pedro le siguió
de lejos hasta dentro del patio del sumo sacerdote; estaba sentado con los
alguaciles, calentándose al fuego.
Marcos 14:66-72
66 Estando Pedro abajo en el patio, llegó una de las sirvientas del sumo sacerdote,
67 y al ver a Pedro calentándose, lo miró y dijo: Tú también estabas con Jesús el Nazareno.
68 Pero él lo negó, diciendo: No sé, ni entiendo de qué hablas. Y salió al portal, y un gallo cantó.
69 Cuando la sirvienta lo vio, de nuevo comenzó a decir a los que estaban allí: Esto es uno de ellos.
70 Pero él lo negó otra vez. Y poco después los que estaban allí volvieron a decirle a Pedro: Seguro que tú eres uno de ellos, pues también eres galileo.
71 Pero él comenzó a maldecir y a jurar: ¡Yo no conozco a este hombre de quien habláis!
72 Al instante un gallo cantó por segunda vez. Entonces Pedro recordó lo que Jesús le había dicho: Antes que el gallo cante dos veces, me negarás tres veces. Y se echó a llorar.
67 y al ver a Pedro calentándose, lo miró y dijo: Tú también estabas con Jesús el Nazareno.
68 Pero él lo negó, diciendo: No sé, ni entiendo de qué hablas. Y salió al portal, y un gallo cantó.
69 Cuando la sirvienta lo vio, de nuevo comenzó a decir a los que estaban allí: Esto es uno de ellos.
70 Pero él lo negó otra vez. Y poco después los que estaban allí volvieron a decirle a Pedro: Seguro que tú eres uno de ellos, pues también eres galileo.
71 Pero él comenzó a maldecir y a jurar: ¡Yo no conozco a este hombre de quien habláis!
72 Al instante un gallo cantó por segunda vez. Entonces Pedro recordó lo que Jesús le había dicho: Antes que el gallo cante dos veces, me negarás tres veces. Y se echó a llorar.
Sal
1:1
¡Cuán
bienaventurado es el hombre que no anda en el consejo de los impíos, ni se
detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en la silla de los
escarnecedores,
Mateo 26:57-58, 26:69-75
57 Y los que prendieron a Jesús le llevaron ante
el sumo sacerdote Caifás, donde estaban reunidos los escribas y los ancianos.
58 Y Pedro le fue siguiendo de lejos hasta el patio del sumo sacerdote, y entrando, se sentó con los alguaciles para ver el fin de todo aquello.
69 Pedro estaba sentado fuera en el patio, y una
sirvienta se le acercó y dijo: Tú también estabas con Jesús el galileo. 58 Y Pedro le fue siguiendo de lejos hasta el patio del sumo sacerdote, y entrando, se sentó con los alguaciles para ver el fin de todo aquello.
70 Pero él lo negó delante de todos ellos, diciendo: No sé de qué hablas.
71 Cuando salió al portal, lo vio otra sirvienta y dijo a los que estaban allí: Este estaba con Jesús el nazareno.
72 Y otra vez él lo negó con juramento: ¡Yo no conozco a ese hombre!
73 Y un poco después se acercaron los que estaban allí y dijeron a Pedro: Seguro que tú también eres uno de ellos, porque aun tu manera de hablar te descubre.
74 Entonces él comenzó a maldecir y a jurar: ¡Yo no conozco a ese hombre! Y al instante un gallo cantó.
75 Y Pedro se acordó de lo que Jesús había dicho: Antes que el gallo cante, me negarás tres veces. Y saliendo fuera, lloró amargamente.
Hoy tenemos menos letra en rojo. Te habrás fijado que se usa ese color cuando son citas directas de Jesús. Es para ayudarnos a cumplir la instrucción de Colosenses 3:16, La palabra de Cristo habite en abundancia en vosotros. Hay grupos que usan ese término (Red Letter Christians) como lema para indicar que pretenden tomar en serio todas las palabras de Jesús.
Pedro ha escuchado palabras muy importantes de parte de Jesús, A ti te doy las llaves. Creo que en ningún momento en esta historia tan triste y vergonzante que nos toca leer hoy en Juan, Marcos y Mateo, Pedro dejaría de amar a Jesús. ¿Por qué falla? Ya lo hemos visto, En vez de orar, dormía. Se jactó de que iba a ser el más fiel (Mateo 26:35).
¿Nombrarías a una persona así para liderar la iglesia y abrir la puerta a la fe en Jerusalén (Hechos 2), Judea (Hechos 9), Samaria (Hechos 8) y para los gentiles (Hechos 10) y luego llegar a reconocer a Pablo como apóstol a los gentiles (Gálatas 2:9)? Todo esto es el cumplimiento de Hechos 1:8. Los caminos del Señor no son nuestros caminos. Él es glorificado cuando utiliza a personas débiles. A Pedro no le valió la espada, pero sí el arrepentimiento. ¿Por qué Pedro? ¿Por qué tú y yo?
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