martes, 12 de febrero de 2019

Los sumos sacerdotes

12-febrero
Marcos   14:53-54, 14:66-72
53  Y llevaron a Jesús al sumo sacerdote; y se reunieron todos los principales sacerdotes, los ancianos y los escribas.
54  Pedro le siguió de lejos hasta dentro del patio del sumo sacerdote; estaba sentado con los alguaciles, calentándose al fuego.
66  Estando Pedro abajo en el patio, llegó una de las sirvientas del sumo sacerdote,
67  y al ver a Pedro calentándose, lo miró y dijo: Tú también estabas con Jesús el Nazareno.
68  Pero él lo negó, diciendo: Ni sé, ni entiendo de qué hablas. Y salió al portal, y un gallo cantó.
69  Cuando la sirvienta lo vio, de nuevo comenzó a decir a los que estaban allí: Este es uno de ellos.
70  Pero él lo negó otra vez. Y poco después los que estaban allí volvieron a decirle a Pedro: Seguro que tú eres uno de ellos, pues también eres galileo.
71  Pero él comenzó a maldecir y a jurar: ¡Yo no conozco a este hombre de quien habláis!
72  Al instante un gallo cantó por segunda vez. Entonces Pedro recordó lo que Jesús le había dicho: Antes que el gallo cante dos veces, me negarás tres veces. Y se echó a llorar.

Lucas 22:54-62
54  Habiéndole arrestado, se lo llevaron y le condujeron a la casa del sumo sacerdote; mas Pedro le seguía de lejos.
55  Después de encender ellos una hoguera en medio del patio, y de sentarse juntos, Pedro se sentó entre ellos.
56  Y una sirvienta, al verlo sentado junto a la lumbre, fijándose en él detenidamente, dijo: También éste estaba con El.
57  Pero él lo negó, diciendo: Mujer, yo no le conozco.
58  Un poco después, otro al verlo, dijo: ¡Tú también eres uno de ellos! Pero Pedro dijo: ¡Hombre, no es cierto!
59  Pasada como una hora, otro insistía, diciendo: Ciertamente éste también estaba con El, pues él también es galileo.
60  Pero Pedro dijo: Hombre, yo no sé de qué hablas. Y al instante, estando él todavía hablando, cantó un gallo.
61  Entonces el Señor se volvió y miró a Pedro. Y recordó Pedro la palabra del Señor, cómo le había dicho: Antes que el gallo cante hoy, me negarás tres veces.
62  Y saliendo fuera, lloró amargamente.

Juan 18:13-18, 18:25-27
13  y le llevaron primero ante Anás, porque era suegro de Caifás, que era sumo sacerdote ese año.
14  Y Caifás era el que había aconsejado a los judíos que convenía que un hombre muriera por el pueblo.
15  Y Simón Pedro seguía a Jesús, y también otro discípulo. Este discípulo era conocido del sumo sacerdote, y entró con Jesús al patio del sumo sacerdote,
16  pero Pedro estaba fuera, a la puerta. Así que el otro discípulo, que era conocido del sumo sacerdote, salió y habló a la portera, e hizo entrar a Pedro.
17  Entonces la criada que cuidaba la puerta dijo a Pedro: ¿No eres tú también uno de los discípulos de este hombre? Y él dijo: No lo soy.
18  Y los siervos y los alguaciles estaban de pie calentándose junto a unas brasas que habían encendido porque hacía frío; y Pedro estaba también con ellos de pie y calentándose.
25  Simón Pedro estaba de pie, calentándose; entonces le dijeron: ¿No eres tú también uno de sus discípulos? El lo negó y dijo: No lo soy.
26  Uno de los siervos del sumo sacerdote, que era pariente de aquel a quien Pedro le había cortado la oreja, dijo: ¿No te vi yo en el huerto con El?
27  Y Pedro lo negó otra vez, y al instante cantó un gallo. 


¿En qué piensas cuando lees cómo le tratan a Jesús? Se me ocurre Juan 1:11. "Lo suyo" era el pueblo de Israel, donde como heredero de David le correspondía reinar. Quién manda más en Israel en ese tiempo (aparte de los romanos) es el sumo sacerdote, un puesto hereditario de los descendientes de Aarón. Pero ha llegado a ser un puesto político para el sacerdote que más está dispuesto a pagar a los romanos (Algo así como Carlos V cuando llegó a ser emperador). 

El método de los sacerdotes es la astucia, el engaño, la corrupción y la violencia. ¡Vaya sacerdotes del Dios Santo! Usan todo esto contra su líder legal, Jesús. Han comprado su puesto, han comprado a Judas y luego comprarán a los soldados que son testigos de la resurrección. ¿Ves la gran ventaja de los pobres? Se les elimina la posibilidad de abrir camino mediante el soborno. 

Jesús es nuestro sumo sacerdote (Hebreos 4:14-16). Tenemos libre acceso y la confianza de su garantía de que en su gran poder siempre nos hará lo que es justo. 

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