miércoles, 23 de enero de 2019

¡Pobrecitos!


23-enero

Mat 23:13-39
13  Pero, ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres, pues ni vosotros entráis, ni dejáis entrar a los que están entrando.
14  ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque devoráis las casas de las viudas, aun cuando por pretexto hacéis largas oraciones; por eso recibiréis mayor condenación.
15  ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque recorréis el mar y la tierra para hacer un prosélito, y cuando llega a serlo, lo hacéis hijo del infierno dos veces más que vosotros.
16  ¡Ay de vosotros, guías ciegos!, que decís: "No es nada el que alguno jure por el templo; pero el que jura por el oro del templo, contrae obligación."
17  ¡Insensatos y ciegos!, porque ¿qué es más importante: el oro, o el templo que santificó el oro?
18  También decís: "No es nada el que alguno jure por el altar; pero el que jura por la ofrenda que está sobre él, contrae obligación."
19  ¡Ciegos!, porque ¿qué es más importante: la ofrenda, o el altar que santifica la ofrenda?
20  Por eso, el que jura por el altar, jura por él y por todo lo que está sobre él;
21  y el que jura por el templo, jura por él y por el que en él habita;
22  y el que jura por el cielo, jura por el trono de Dios y por el que está sentado en él.
23  ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque pagáis el diezmo de la menta, del eneldo y del comino, y habéis descuidado los preceptos de más peso de la ley: la justicia, la misericordia y la fidelidad; y éstas son las cosas que debíais haber hecho, sin descuidar aquéllas.
24  ¡Guías ciegos, que coláis el mosquito y os tragáis el camello!
25  ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque limpiáis el exterior del vaso y del plato, pero por dentro están llenos de robo y de desenfreno.
26  ¡Fariseo ciego! Limpia primero lo de adentro del vaso y del plato, para que lo de afuera también quede limpio.
27  ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera lucen hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia.
28  Así también vosotros, por fuera parecéis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía y de iniquidad.
29  ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque edificáis los sepulcros de los profetas y adornáis los monumentos de los justos,
30  y decís: "Si nosotros hubiéramos vivido en los días de nuestros padres, no hubiéramos sido sus cómplices en derramar la sangre de los profetas."
31  Así que dais testimonio en contra de vosotros mismos, que sois hijos de los que asesinaron a los profetas.
32  Llenad, pues, la medida de la culpa de vuestros padres.
33  ¡Serpientes! ¡Camada de víboras! ¿Cómo escaparéis del juicio del infierno?
34  Por tanto, mirad, yo os envío profetas, sabios y escribas: de ellos, a unos los mataréis y crucificaréis, y a otros los azotaréis en vuestras sinagogas y los perseguiréis de ciudad en ciudad,
35  para que recaiga sobre vosotros la culpa de toda la sangre justa derramada sobre la tierra, desde la sangre del justo Abel hasta la sangre de Zacarías, hijo de Berequías, a quien asesinasteis entre el templo y el altar.
36  En verdad os digo que todo esto vendrá sobre esta generación.
37  ¡Jerusalén, Jerusalén, la que mata a los profetas y apedrea a los que son enviados a ella! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus pollitos debajo de sus alas, y no quisiste!
38  He aquí, vuestra casa se os deja desierta.
39  Porque os digo que desde ahora en adelante
no me veréis más hasta que digáis: "BENDITO EL QUE VIENE EN EL NOMBRE DEL SEÑOR."


La expresión ¡ay! por definición indica pena, dolor o temor. También lamento o quejido. ¿Sabes cuántas veces Jesús dice aquí, ¡Ay de vosotros!? ¿Qué es la orientación central de los escribas? Lo primero que me llama la atención es que son gente de apariencias (Marcos 12:40). Son actores que buscan aplausos. Todo está en la apariencia (Mateo 23:28). También son avaros, llegando a devorar las casas de las viudas. También quieren servirse de sus títulos y su superior conocimiento para dominar al pueblo.

Al final, pobres de ellos, porque lo que cuenta son las cuentas de Dios. Les espera un horrendo futuro en la eternidad. Muy correctos en su comprensión de la ley de Moisés, tanto que Jesús instruye al público a hacer lo que dicen. Pero egoístas y avaros (Lucas 16:14) bajo esa tapadera. Rechazaron el plan de Dios para sus vidas (Lucas 7:30).

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