22-Dic
Luc 11:1-13
1 Y
aconteció que estando Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, le dijo uno
de sus discípulos: Señor, enséñanos a orar, así como Juan enseñó también a sus
discípulos.
2 Y
El les dijo: Cuando oréis, decid: "Padre, santificado sea tu nombre. Venga
tu reino.
3
"Danos hoy el pan nuestro de cada día.
4
"Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos
a todos los que nos deben. Y no nos metas en tentación."
5
También les dijo: Supongamos que uno de vosotros tiene un amigo, y va a
él a medianoche y le dice: "Amigo, préstame tres panes,
6
porque un amigo mío ha llegado de viaje a mi casa, y no tengo nada que
ofrecerle";
7 y
aquél, respondiendo desde adentro, le dice: "No me molestes; la puerta ya
está cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados; no puedo levantarme para
darte nada."
8
Os digo que aunque no se levante a darle algo por ser su amigo, no
obstante, por su importunidad se levantará y le dará cuanto necesite.
9 Y
yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.
10
Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama,
se le abrirá.
11
O suponed que a uno de vosotros que es padre, su hijo le pide pan;
¿acaso le dará una piedra? O si le pide un pescado; ¿acaso le dará una
serpiente en lugar del pescado?
12
O si le pide un huevo; ¿acaso le dará un escorpión?
13
Pues si vosotros siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros
hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se
lo pidan?
Si tu hijo de pide pan porque tiene hambre... Posiblemente además de pan le das un plato de comida suculento. Dios también. Si tiene problema de obesidad quizá le obligas a esperar. Dios también. Si te pide siempre chuches y además con rabieta quizá le premias con un tiempo de espera. (No he dicho que le castigas, sino que le premias). ¿Dios también?
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