LECTURA CRONOLÓGICA 105 DE LOS EVANGELIOS
El cordero que servía de holocausto en el templo no sufría tanta crueldad. No le arrancaban la lana, ni le azotaban ni le insultaban. ¿Por qué al Cordero de Dios sí? ¿No podía haber derramado su sangre salvadora de forma limpia y rápida? Sabemos que se desató contra él la furia de Satanás, quien aprovechó de la debilidad del Hijo de Dios. Sirvió para los juegos de soldados sádicos y para regodearse los sacerdotes. Fuese necesario o no, Jesús se sometió. Y Él explica luego ¿No era necesario que el Cristo padeciera todas estas cosas y entrara en su gloria? (Lucas 24:26) Digno eres … porque fuiste inmolado (Apocalipsis 5:9). Lo hiciste por mí.
Nos recuerda el león Aslan, rey de Narnia, quien sufrió crueldad y muerte a la mano de la bruja por rescatar a sus compañeros. Sufrir por la causa de Dios nunca es en vano.
Pedro, mientas, sigue de lejos, desgarrado entre su profunda lealtad por Jesús y su deseo de salvar su propio pellejo. Al final su acento galileo le traiciona (Lucas 22:59). ¿Tú le sigues de lejos o de cerca, o de ninguna forma? El Jesús que oró para que Pedro pudiese recuperarse está deseando envolverte en sus brazos para que andes con él muy de cerca.
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