LECTURA CRONOLÓGICA 103 DE LOS EVANGELIOS
Leyendo estos textos, se me ocurre que cuando nos encontramos ante escenas así en la vida de Jesús, la reacción adecuada no es sólo reflexionar, sino orar de rodillas. Él pide compañerismo en la oración (Mateo 26:38). Se pone de rodillas (Lucas 22:41). Cae sobre su rostro en tierra (Mateo 26:39). Orando con mucho fervor, su sudor cae como gruesas gotas de sangre al suelo (Lucas 22:44).
Recurre a las palabras que dijo el ángel a su madre (Marcos 14:36, todas las cosas son posibles; Lucas 1:37). El Dios que hizo que la virgen diera a luz puede hacer que ese niño milagroso se escape de la cruz.
A todo seguidor de este Jesús le llegará el momento en que su alma esté afligida por las opciones que se presenten. Ese es el momento de ponerse de rodillas y decir, No sea como yo quiero sino como tú quieras.
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