domingo, 15 de mayo de 2011

Juan y la señora elegida

Aperitivo                            2 Juan vss 1-6
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    La segunda epístola de Juan va dirigida a “la señora elegida y a sus hijos”. Muchos comentaristas piensan que se refiere a una iglesia y no a una familia. Puedes leer esta carta despacio buscando pistas de por qué piensan así. Una que se me ocurre es que a Juan le gustan las frases descriptivas en lugar de nombres como “el discípulo a quien amaba Jesús” (Juan 3:23).
    Igual como hace Pablo, Juan se goza grandemente cuando sus hijos andan en la verdad. Yo me he alegrado cuando mis hijas sacaban buenas notas. Ha sido motivo de gozo cuando encontraron excelentes maridos. Pero más que nada su madre y yo nos alegramos cuando ponen la verdad de Dios por encima de gustos personales.
    Le vemos a Juan preocupado por el bienestar de sus “hijos” y en este caso los “hijos” de la “señora elegida”. Los temas aquí son similares a algunas de las cosas tratadas en 1 Juan. ¿Por qué ese énfasis en el peligro del anticristo (v 7)? Para Juan, este personaje, no es que vaya a aparecer en un escenario apocalíptico futuro, sino que se encuentra actuando ya. Quien hace esto es el engañador y el anticristo. Su ataque contra la iglesia consiste “simplemente” en decir que Jesucristo no vino en carne. Esto significaría que no tenemos un Salvador. Cuando alguien se transforma en enemigo de Cristo no podemos andar con medias tintas. Se hace una clara división. Los que han pasado por la iglesia para luego tergiversar la enseñanza no tienen lugar en nuestras casas (v 10).
    A Juan, el discípulo del amor, le vemos aquí como una osa defendiendo a sus cachorros. Los apóstoles van a desaparecer de la escena. Lo que va a perdurar son estas palabras de su pluma, inspiradas por el Espíritu de Dios. Es esencial que avise de los peligros.
¿Soy tolerante con lo que Dios no tolera?

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