lunes, 3 de noviembre de 2008

Un Evangelista Sorprendente

Siento mucha ilusión por lo que podemos hacer juntos en nuestra lectura del Evangelio de Marcos en este mes de Noviembre. En especial, aprender mediante la relación entre Jesús y sus discípulos aspectos de la iglesia que él se comprometió a formar. Cuando terminé la lectura de Mateo me embargó una gran sensación. Allí vemos como Jesús encarga a sus apóstoles que hagan más discípulos en todas las naciones. Concretamente y simplemente tienen que enseñar a toda la gente del mundo que practiquen lo que él mandó. La impresión que yo llevé es, Realmente, la iglesia es la continuación de la vida que empezó Jesús con sus apóstoles y la gente de Galilea que le seguía hasta Jerusalén. Incluso él dice, “Estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”.

¿Estás de acuerdo conmigo, que hay ciertas cosas que practicó y enseñó Jesús, que los cristianos hoy día no están llevando a cabo?
Leer a Marcos es como entrar de un salto a la piscina. No hay preámbulo. No vamos mojando los pies primero en las genealogías donde se ve que Jesús es el heredero del trono de David, ni en su infancia. De repente, El Evangelio, Juan Bautista y el Bautismo de Jesús. En el primer capítulo vemos a Jesús ya con sus discípulos comenzando su ministerio en su provincia de Galilea.

¿Q
ué sabemos sobre este hombre llamado Juan Marcos? Vivía con su madre en Jerusalén. Algunos piensan que es el mismo joven que, envuelto en una sábana, observaba la detención de Jesús (Marcos 14:51), y escapó desnudo. Es sobrino de Bernabé y acompañante de éste en el primer viaje misionero que realiza con Pablo. Abandona a sus compañeros y más tarde, rechazado por Pablo, recibe un aprendizaje con su tío (Hechos 15:38, 39) y al final llega a ser un colaborador provechoso (2 Timoteo 4:11). Algunos piensan que, además de sus posibles observaciones de primera mano, recibiría la mayor parte de su conocimiento de la historia de Jesús escuchando a Pedro.

Propongo que leamos un capítulo cada dos días (son 16 en total) y que vayamos intercambiando ideas. Intentaré darte una lectura en voz alta, que a veces nos ayuda a centrarnos en el texto. La lectura la hago de La Biblia de las Américas, versión excepcionalmente fiel al griego original. Te voy a pedir lo siguiente: que te apuntes como compañero arriba a la izquierda, que envíes en tus comentarios y sugerencias para el tema de cada capítulo, y selecciones algún versículo que quieres aprender de memoria cada semana.


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