domingo, 31 de enero de 2021

Ya que hemos leído los 4 Evangelios de forma cronológica...

Los coches actuales no pueden funcionar sin su ordenador. El alcance de ese cerebro va desde un parachoques a otro. El vehículo no está diseñado para que el conductor lo maneje solo. Nosotros como cristianos tampoco estamos diseñados para conducir nuestras vidas de forma independiente. Cuando uno se apunta como seguidor de Jesús, tiene los circuitos pero le falta la programación.

Volviendo al tema del coche, el programa que lleva es igual de importante que el "hardware", los circuitos. Pero a diferencia del coche, que sale de fabrica "maduro", nuestra "programación" sucede poco a poco.

Lo primero que se nos enseña es el cinturón de seguridad. Aunque nos convirtamos de adultos, somos bebés necesitados de cariño y mucha atención. Y si no lo llevamos puesto, suena el chivato para que aprendamos a refugiarnos en los brazos de Dios. 

Esta lectura del Nuevo Testamento que estamos haciendo, sea de forma cronológica como este año, o por libros como queremos hacer el año que viene, es la programación otorgada por Dios para que lleguemos a cada destino en el momento exacto, y sin percances. Hay que interiorizar, asimilar, digerir, la Palabra de Dios. 

Cuando Dios dio su ley a Israel, les mandó que la personalizaran (Deuteronomio 11). Luego Dios enseñó a Josué (1:8) que el éxito en todas las esferas de la vida depende de meditar, es decir, asimilar, en la Palabra de Dios. 

Luego David (Salmo 1:2-3) enseña lo mismo. ¡Éxito garantizado! 

Ahora tenemos las palabras de Jesús. El que edifica su vida sobre ellas es un hombre sabio (Mateo 7:24). Por eso dedicamos 4 meses cada año a los 4 Evangelios, con la intención de profundizar cada vez más. Hay un texto Colosenses 3:16, que yo quisiera que quede grabado en nuestros corazones. Si pinchas aquí (¿Para qué son las palabras de Jesús?) lo verás en muchas versiones, con la intención de apurar dentro de lo posible la riqueza de su enseñanza y permitir que las palabras de Jesús marquen tu vida. 

Es un mensaje para conocer

Es un mensaje para atesorar

Es un mensaje para retener

Es un mensaje para practicar

Es un mensaje para enseñar a otros

Es un mensaje para medir el progreso de nuestro viaje

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