viernes, 8 de febrero de 2019

¿A qué se dedica Jesús?

8-febrero
Juan 17
1  Estas cosas habló Jesús, y alzando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que el Hijo te glorifique a ti,
2  por cuanto le diste autoridad sobre todo ser humano para que dé vida eterna a todos los que tú le has dado.
3  Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.
4  Yo te glorifiqué en la tierra, habiendo terminado la obra que me diste que hiciera.
5  Y ahora, glorifícame tú, Padre, junto a ti, con la gloria que tenía contigo antes que el mundo existiera.
6  He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; eran tuyos y me los diste, y han guardado tu palabra.
7  Ahora han conocido que todo lo que me has dado viene de ti;
8  porque yo les he dado las palabras que me diste; y las recibieron, y entendieron que en verdad salí de ti, y creyeron que tú me enviaste.
9  Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me has dado; porque son tuyos;
10  y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo, mío; y he sido glorificado en ellos.
11  Ya no estoy en el mundo, pero ellos sí están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, guárdalos en tu nombre, el nombre que me has dado, para que sean uno, así como nosotros.
12  Cuando estaba con ellos, los guardaba en tu nombre, el nombre que me diste; y los guardé y ninguno se perdió, excepto el hijo de perdición, para que la Escritura se cumpliera.
13  Pero ahora voy a ti; y hablo esto en el mundo para que tengan mi gozo completo en sí mismos.
14  Yo les he dado tu palabra y el mundo los ha odiado, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
15  No te ruego que los saques del mundo, sino que los guardes del maligno.
16  Ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
17  Santifícalos en la verdad; tu palabra es verdad.
18  Como tú me enviaste al mundo, yo también los he enviado al mundo.
19  Y por ellos yo me santifico, para que ellos también sean santificados en la verdad.
20  Mas no ruego sólo por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos,
21  para que todos sean uno. Como tú, oh Padre, estás en mí y yo en ti, que también ellos estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste.
22  La gloria que me diste les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno:
23  yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfeccionados en unidad, para que el mundo sepa que tú me enviaste, y que los amaste tal como me has amado a mí.
24  Padre, quiero que los que me has dado, estén también conmigo donde yo estoy, para que vean mi gloria, la gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo.
25  Oh Padre justo, aunque el mundo no te ha conocido, yo te he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste.
26  Yo les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer, para que el amor con que me amaste esté en ellos y yo en ellos.


En esta lectura cronológica venimos tocando un sólo tema cada día, de unos cuantos que se presentan. Por ejemplo, en los últimos días hemos visto cómo Jesús se ocupa de los discípulos hasta el momento en que le llevan al juicio. Como dice en Juan 13:1, los amó hasta el fin. Si has leído Juan 17 detenidamente, habrás visto un nuevo elemento: Jesús está orando, no sólo por los discípulos que están con él, sino también por ti. En el v 20, "no ruego sólo por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos". Jesús oraba por individuos como Pedro (Lucas 22:32), por el grupo, y también por todos sus futuros seguidores. Y lo sigue haciendo. Por lo cual El también es poderoso para salvar para siempre a los que por medio de El se acercan a Dios, puesto que vive perpetuamente para interceder por ellos (Hebreos 7:25). Y también Romanos 8:34-  ¿Quién es el que condena? Cristo Jesús es el que murió, sí, más aún, el que resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros

¿Piensas que esas oraciones serán contestadas? ¿Jesús va a edificar su iglesia como dijo a los discípulos? ¿Llegaremos a ser uno, como el Padre y el Hijo son uno (Juan 17:21)? ¿Cómo sabemos que esta petición por la unidad de los cristianos es algo que Dios quiere ahora mismo? Por este mismo texto que estamos leyendo, porque el motivo es que el mundo crea. Nuestro amor y nuestra unidad son el mayor instrumento para atraer el mundo a Jesús.

Hay muchos más hilos en esta lectura que podemos seguir para nuestro crecimiento. Los tienes delante tuyo, tienes todo el día para meditar en ello.

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