Vitaminas (Lectura mínima) 1
Corintios 5:1-5
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Corintios 5
Algunas iglesias evangélicas se preocupan mucho por el
testimonio de sus miembros cara a la sociedad. Esta preocupación, que comparto,
sin embargo, conlleva el peligro de centrarse en las apariencias. No hay que
desatender nunca el estado espiritual de cada persona.
En nuestro capítulo de hoy, donde se establece una
disciplina fuerte para un cristiano errante, Pablo deja claro su objetivo
principal: a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús. (v 5) Este hombre está practicando una forma de inmoralidad escandalosa. Consciente
de ello (v 1), sin embargo el apóstol centra su atención en el bienestar del
individuo y de la congregación porque sabe que cuando la iglesia está sana,
entonces tendrá también un buen testimonio.
Hay que tratar las cosas desde dentro. Este grupo de
cristianos peca de una tolerancia injustificable. Parece que algunos se jactan
(v 6) de su liberalidad. Lo que tenían que haber hecho es sencillo: quitar de
en medio al hombre inmoral. Concretamente esto significa eliminar la relación
familiar con él. No juntarse, ni aún comer juntos. No se trata de retirarle los
símbolos de la comunión, sino excluirle de todo trato familiar para su propio
bien y para que la iglesia no se contamine. No veo en el Nuevo Testamento
ningún ejemplo de decir, “6 meses sin participar en la eucaristía” como
castigo. Cuando alguien está arrepentido, el Señor le perdona inmediatamente, y
como el hijo pródigo, puede celebrar con los demás.
¿ Cómo solemos tratar a un hermano desobediente?
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