LECTURA CRONOLÓGICA 93 DE LOS EVANGELIOS
Cuentan que la empresa de comunicaciones AT&T en Nueva York tenía planes para toda clase de emergencias. Así que, cuando en 1991 se cortaron las llamadas nacionales e internacionales y de los controladores, empezaban a sonar fielmente las 33 alarmas para que tomasen medidas los expertos. Durante casi 6 horas seguían sonando porque el personal no estaba allí. ¿Dónde se encontraban? En unas conferencias sobre qué hacer en caso de emergencia. Me hace pensar en los escribas, que sabían dónde iba a nacer el Mesías, pero no hicieron acto de presencia. Me hace pensar en tantos expertos sobre la segunda venida de Jesús, que tenemos hoy. ¿Estarán dando seminarios de escatología cuando suene la trompeta, o estarán vigilando y ayudando a los pobres, los inmigrantes y los que sufren (Mateo 25:35-40)?
La enseñanza que da Jesús es para practicar. Y también para transmitir a otros. No se premia la ignorancia y menos la desobediencia. Cualquiera de nosotros que tenga a alguien bajo su responsabilidad es como el siervo de Mateo 24:25, que tiene que preparar las raciones para los demás. Pero la fuerza que da esa comida no es para hablar de comida, sino para estar activos como soldados de Jesús.
Dios tiene su motivo por no darnos un calendario con la fecha de la venida de Jesús. Se entiende cuando leemos la lectura de hoy (Mateo 24:43-25:46). Ni siquiera el HIJO sabía (en la lectura anterior, Mateo 24:36). Pero después de que el Mesías haya sufrido se le ve abriendo los sellos del libro sellado (Apocalipsis 5:5). Él es digno porque fue inmolado (Apocalipsis 5:9.
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