Juan Bautista no quiere confusiones. Cuando le preguntan quién es, lo primero que aclara es quién no es, por si acaso. Aunque saben quién es, el hijo primogénito del sacerdote Zacarías. A lo mejor no han olvidado tampoco las circunstancias de su nacimiento milagroso. Entonces Juan se identifica, pero de una manera que los que tienen discernimiento espiritual le podrán identificar. Juan es una voz que clama en el desierto, preparando el camino del Señor, conforme a la profecía de Isaías. Jesús luego va a aclarar que no hay nadie más grande que Juan (Mateo 11:11).
¿Quiénes son éstos que quieren saber la identidad de Juan? El autor los llama "los judíos" (v 19). ¿No son todos judíos, Juan Bautista incluso? El Evangelista Juan utiliza este término, "los judíos", para designar la oposición. Esta expresión viene unas 60 veces en el Evangelio. Por ejemplo, en el 5:16 son los que persiguen a Jesús. Son el liderazgo del pueblo judío, son los que hemos leído en el 1:11, que no recibieron a Jesús. Son "los suyos".
Y ¿quién es Jesús? Se le llama "el Cordero de Dios" (v 29), el
Mesías (v 41), el hijo de José (v 45). Y unos cuantos títulos más que
encontrarás en tu lectura. Jesús se identifica como "el hijo del
hombre" (v 51).
Los que quieren conocer a Jesús le van a seguir de cerca. Juan
Bautista quiere asegurar que eso suceda. Siempre indica que viene otro. Sabe
redirigir cada conversación en una preparación para el evento de la aparición
en escena del Mesías. Sus interlocutores aquí conocen muy bien las Escrituras.
Pero por muy buenas que sean las aclaraciones de los doctores de la iglesia, la
única forma de que aclaremos cada uno quién es Jesús, va a ser mediante un
contacto personal. Estos primeros discípulos (v 35), que pasan de ser
seguidores de Juan a seguidores de Jesús, formarán parte de ese grupo de
íntimos a quiénes se va a revelar de verdad, y a quiénes dirá, "ya no os
llamo siervos, sino amigos" (Juan 15:15). Serán de los elegidos para estar
con él y luego ser sus representantes (Marcos 3:14).
Si algo deseo en lo que me queda de vida, es estar con él, conocerle. Es lo que deseo para mi familia, mis amigos y para ti que lees esto. TODO se aclara cuando pasamos tiempo con Jesús.
Padre, quiero seguir muy cerca de Jesús, hoy y todos los días.
Isaías 40:3 - Una voz proclama: «Preparad en el desierto un camino para el Señor; enderezad en la estepa un sendero para nuestro Dios." ¡Qué fuerte para Juan Bautista saber que él mismo cumplía una profecía de 7 siglos atrás! Y qué emocionante debía ser para él darse cuenta de que él mismo preparaba para el ministerio del Mesías, el Salvador.
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