miércoles, 20 de enero de 2021

Pensando en los demás

 

LECTURA CRONOLÓGICA 112 DE LOS EVANGELIOS


     La crucifixión de Jesús ha de ser nuestro tema continuo durante toda la vida. Jamás acontezca que yo me gloríe, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por el cual el mundo ha sido crucificado para mí y yo para el mundo (Gálatas 6:14). Podrías elegir un aspecto para meditar en ello hoy: posiblemente la gente allí presente: Pilato, los ladrones, los sacerdotes y escribas y ancianos, los soldados; podría ser las palabras que él dice desde la cruz, etc.

     Allí está su madre, en cumplimiento de las palabras de Simeón sobre su corazón (Lucas 2:35). Ella y Juan escuchan en la voz de Jesús palabras de orientación, preparándoles para la muerte de Jesús (Juan 19:26-27). En ningún momento el corazón de Jesús deja de preocuparse de los demás.

     Pilato se ha visto obligado por los sacerdotes a ejecutar a un hombre inocente. Pero él tiene su propia astucia. Ahora por el cartel puesto en la cruz, todos oirán que Pilato ha ejecutado al Rey de los Judíos. Lo que Herodes quiso hacer años atrás, lo consigue Pilato. Pero su reino no es de este mundo. Todavía en el siglo 21 hay muchos corazones donde él reina.

     Para enfocar lo que dice Jesús desde la cruz me he hecho el siguiente esquema:

7 últimas palabras

Ministrando

1. Al mundo – Lucas 23:34
Comienza orando por los enemigos. "Obrasteis por ignorancia, lo mismo que vuestros gobernantes (Hechos 3:17). 
la sabiduría que ninguno de los gobernantes de este siglo ha entendido, porque si la hubieran entendido no habrían crucificado al Señor de gloria;  (1 Corintios 2:8)
2. Al individuo – Lucas 23:43
3. A la familia – Juan 19:26-27

Sufriendo

4. El shock del abandono del Padre – Marcos 15:34
5. El cuerpo de Jesús – sufrimiento físico – tiene sed – Juan 19:28 

Venciendo

6. Todo – Juan 19:30 

Regresando

7. La hora de regresar al Padre – Juan 13:1 – Lucas 23:46 – Juan 10:17-18 - Yo doy mi vida para tomarla de nuevo.  18 - Nadie me la quita, sino que yo la doy de mi propia voluntad. Tengo autoridad para darla, y tengo autoridad para tomarla de nuevo. Este mandamiento recibí de mi Padre.

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