martes, 10 de septiembre de 2019

No hay favoritismos (Nehemías 11-13)


Hombre recto hasta el final, me imagino que a Nehemías alguno le habría pagado una buena suma por poder quedar en Jerusalén, pero se asigna la residencia por suertes. Y recordemos que él se negó a usar el fondo para su mantenimiento personal. Un hombre sacrificado por el pueblo. Me parece que Dios va a escuchar su oración en el capítulo 13:14:,  «¡Recuerda esto, Dios mío, y favoréceme; no olvides todo el bien que hice por el templo de mi Dios y de su culto!»

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