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44. Por curar en sábado la mano seca de un hombre, los fariseos se conjuran con los herodianos para matarle.
Mat 12:9-14
9
Pasando de allí, entró en la sinagoga de ellos.
10
Y he aquí, había allí un hombre que tenía una mano seca. Y para poder
acusarle, le preguntaron, diciendo: ¿Es lícito sanar en el día de reposo?
11
Y El les dijo: ¿Qué hombre habrá de vosotros que tenga una sola oveja,
si ésta se le cae en un hoyo en día de reposo, no le echa mano y la saca?
12
Pues, ¡cuánto más vale un hombre que una oveja! Por tanto, es lícito
hacer bien en el día de reposo.
13
Entonces dijo* al hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y le fue
restaurada, sana como la otra.
14
Pero cuando los fariseos salieron, se confabularon contra El, para ver
cómo podrían destruirle.
Mar 3:1-6
1
Otra vez entró Jesús en una sinagoga; y había allí un hombre que tenía
una mano seca.
2 Y
le observaban para ver si lo sanaba en el día de reposo, para poder acusarle.
3 Y
dijo* al hombre que tenía la mano seca: Levántate y ponte aquí en medio.
4
Entonces les dijo*: ¿Es lícito en el día de reposo hacer bien o hacer
mal, salvar una vida o matar? Pero ellos guardaban silencio.
5 Y
mirándolos en torno con enojo, entristecido por la dureza de sus corazones,
dijo* al hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y su mano quedó sana.
6
Pero cuando los fariseos salieron, enseguida comenzaron a tramar con los
herodianos en contra de Jesús, para ver cómo podrían destruirle.
Luc 6:6-11
6 Y
en otro día de reposo entró en la sinagoga y enseñaba; y había allí un hombre
que tenía la mano derecha seca.
7 Y
los escribas y los fariseos observaban atentamente a Jesús para ver si sanaba
en el día de reposo, a fin de encontrar de qué acusarle.
8
Pero El sabía lo que ellos estaban pensando, y dijo al hombre que tenía
la mano seca: Levántate y ven acá. Y él, levantándose, se le acercó.
9
Entonces Jesús les dijo: Yo os pregunto: ¿es lícito en el día de reposo
hacer bien o hacer mal; salvar una vida o destruirla?
10
Y después de mirarlos a todos a su alrededor, dijo al hombre: Extiende
tu mano. Y él lo hizo así, y su mano quedó sana.
11
Pero ellos se llenaron de ira, y discutían entre sí qué podrían hacerle
a Jesús.
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