LECTURA CRONOLÓGICA 98 DE LOS EVANGELIOS
¿Qué es lo que estaba deseando intensamente Jesús (Lucas 22:15) cuando planeaba comer la Pascua con sus discípulos? Era un momento de comunión, de Koinonía (palabra griega que significa compartir, participar, compenetración).
Dice Pablo en 1Corintios 10:16 La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la participación en la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la participación en el cuerpo de Cristo? Había mucha incomprensión en los discípulos sobre qué estaba haciendo Jesús pero eso no impedía que sucediera esa comunión íntima a nivel espiritual. Cuando nos reunimos para celebrar la "mesa del Señor", la "comunión", la "eucaristía", se trata de un evento dotado de una fuerza trascendental, aunque nos encontremos en distintos niveles de comprensión. Al obedecer esa enseñanza de Jesús experimentamos la participación (koinonía) en el cuerpo de Cristo. Nosotros, que somos muchos, somos un cuerpo; pues todos participamos de aquel mismo pan (1 Corintios 10:17).
También es un momento de separación. Judas ya no volverá a participar con los 12. Después del bocado, Satanás entró en él (Juan 13:27).
He disfrutado leyendo estos 4 textos, viendo los pequeños detalles con los que cada autor, incluyendo Pablo, completan la escena.
En su última noche Jesús quiso estar con estos 12 hombres. Celebrando el viejo pacto, la pascua, inauguró el nuevo pacto, que celebramos todavía, con pan y con vino, y con nuestros hermanos, cuyas vidas y las nuestras son inseparables, unidos por Jesús mismo. Nuestros mejores regalos de "Reyes" son nuestros hermanos.
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