LECTURA CRONOLÓGICA 69 DE LOS EVANGELIOS
La fiesta de la Dedicación (Juan 10:22) conmemoraba un tiempo cuando un ejército pequeño de judíos pudo expulsar al ejército invasor que había profanado el templo. Quisieron restablecer el culto pero sólo había aceite sagrado suficiente para encender la lámpara durante un día. Necesitaban una semana para preparar más aceite. Pero, milagrosamente se mantuvo encendida durante 8 días. Decidieron entonces celebrar cada año la Fiesta de las Luces, o Jánuca. En 2020 toca del 10 al 18 de Diciembre. Símbolo de ese tiempo histórico es el candelabro de 8 brazos, por los 8 días de luz.
Jesús va caminando por el templo. Ahora hay otro enemigo, los romanos, que dominan al pueblo judío. Ellos también han hecho masacres en el templo (Lucas 13:1). La fiesta que están celebrando produce ansias de vivir aquellos días de gloria. Necesitan un caudillo, un Mesías. Y dicen a Jesús, dinos si eres el Cristo (Juan 10:24). Han visto su celo por el templo y cómo lo limpiaba (Juan 2:15). Pero Jesús habla de la vida eterna y de ovejas (10:27) y aclara que si ellos fueran de las suyas le conocerían por la voz, además de por los milagros que realiza.
Yo y el Padre uno somos. ¿Qué imagen te produce esta frase? Me imagino a Dios en el cielo concentrando toda su fuerza en la tierra mediante su Hijo, no como marioneta, sino igual al Padre (cosa que comprendieron los judíos muy bien, v 33). El Reino de Dios ya no va a ser mediante una liberación militar, sino algo mucho mayor, con armas de sacrificio en vez de espadas. Se ofrece a todos la liberación del enemigo interior, el pecado que nos esclaviza peor que los romanos. Pero el sacrificio no será en este momento, así que no consiguen su propósito de matarle a pedradas. Y Jesús regresa al río, en la provincia de Perea. Ya llegará la fiesta de la Pascua cuando se sacrificará el Cordero.
Otra pregunta que le hacen, ya en Perea. ¿Son pocos los que se salvan? (Lucas 13:23) Léete su respuesta con detenimiento, llegando a una conclusión sorpresa en el v 30.
Ahora llega otra amenaza, de Herodes. Pero Jesús tranquilamente explica que hasta que llegue a Jerusalén no será muerto. Ya, en vez de pastor con ovejas, se compara con la gallina, que reúne a sus pollitos. Aunque ellos le rechazan en este momento, llegará su día (v 35).
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