sábado, 16 de junio de 2012

Cuando parece que estamos perdiendo, estamos ganando


Miré, y he aquí, un caballo blanco; y el que estaba montado en él tenía un arco; se le dio una corona, y salió conquistando y para conquistar
Menú completo           Apocalipsis 6

A diferencia de las victorias de David, cuyo territorio tenía fronteras puestas por Dios, el dominio de Cristo no tiene fronteras. Sale conquistando y para conquistar. El primer sello de los 7 nos muestra un guerrero montado en un caballo blanco. La corona que recibe indica que va a reinar. El arco que utiliza le permite alcanzar grandes distancias. Este conjunto de jinetes de los 4 primeros sellos, aunque probablemente se le hayan dado interpretaciones muy imaginativas, muestra sin embargo que antes de que se establezca definitivamente el reino de paz, el mundo ha de pasar por catástrofes de escala planetaria. Nuestra lectura del Antiguo Testamento nos enseña que Dios utiliza tragedias para que la humanidad rebelde vuelve a su Creador. ¿Será la historia de China un ejemplo de esto? Nos cuentan de una tremenda búsqueda de Dios, con muchos millones de cristianos a pesar de un régimen totalitario. Forma parte de esta historia la muerte de 70 millones de personas en tiempos de “paz”. El líder Mao dejaba morir de hambre a su pueblo cuando usó la cosecha nacional para comprar armas rusas.

El quinto sello indica que hay un número que tiene que completarse antes de que la justicia de Dios se establezca por completo. Es el número de los mártires, los que mueren por su fe. El juicio y la venganza que traerá Dios depende de los que mueren, no de los que matan. Los que son de Cristo hacen la guerra de la misma manera que lo hizo él, sacrificando sus vidas.

¿Estoy viendo hasta qué punto los cristianos tenemos una guerra diferente?

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