sábado, 26 de febrero de 2011

Los que están a medio camino

Vitaminas                            1 Cor 8:9-13
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    Jesús dijo, “Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres” (Juan 8:31). Cada uno se encuentra en una fase esta liberación. Pablo dirige las palabras de este capítulo a los que han sido liberados. Su preocupación es por los que todavía experimentan áreas de esclavitud. Es el mismo caso que vimos en Romanos 14. Tenemos que limitar el ejercicio de nuestra libertad según el efecto que pueda tener en personas que vienen detrás.
    Si tú eres un profesional de carreras de maratón y estás entrenando a un novato a correr, no vas a demostrar toda tu capacidad en el entrenamiento. Así él quedaría atrás y se desanimaría. Le vas a acompañar demostrando cómo él debe actuar en la fase en que él se encuentra.
    Si estás enseñando a alguien a dirigir un estudio bíblico, no vas a intentar lucir tu alto conocimiento, sino que compartirás de forma que los que tienen que aprender puedan decir, “Ahora veo cómo yo puedo también compartir la Palabra de Dios con alguien”. El secreto está en recordar que tú también pasaste por esas etapas y facilitar con el ejemplo que el otro pueda ir creciendo. Esto es producido por el amor que edifica (v 1).
    El ejemplo que Pablo nos da aquí trata de otra situación. Son personas que se escandalizan por la libertad que tienen los cristianos maduros respecto a lo que pueden comer. Pero deberíamos darnos cuenta que en todos los aspectos de la vida cristiana en comunidad los que son más “maduros” son responsables por el desarrollo de los más nuevos. Podrías hacer una lista de ejemplos, como el incluir a los nuevos en las conversaciones.
¿Quién necesita que le ayude a crecer?

viernes, 25 de febrero de 2011

Cómo saber qué hacer

Vitaminas                           1 Cor 7:17-23
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     Pablo ha recibido una carta con una pregunta. En este capítulo vemos su contestación. Ante la enseñanza que han recibido de Pablo de que el tiempo es corto (ver el v 29), los cristianos de Corinto quieren saber si es aconsejable o no casarse y formar familias. Recordemos que estamos contemplando una etapa temprana del ministerio de Pablo cuando él está entusiasmado con la posibilidad de terminar la evangelización y estar presente cuando vuelva el Señor (ver 1 Cor 15:52 y 1 Tes 4:17). Esa circunstancia influye en la opinión de que se puede aprovechar mejor el tiempo siendo solteros, pero que en ningún caso es malo el matrimonio.
    Además de este ideal, Pablo da a la iglesia principios e instrucciones puntuales. No nos preocupemos por cosas difíciles de entender y sí busquemos algo aplicable a nuestra situación.
    El vs 17 nos da la norma de quedar en el estado en que nos encontramos cuando entramos en la fe cristiana. Después de leer este texto en varias versiones me parece que la traducción más clara dice que nos guiemos por lo que el Señor repartió y nuestro estado cuando nos llamó. Esto requiere en primer lugar que sepamos qué dones tenemos. Habla aquí del don de vivir sin pareja y otro don de estar casados (v 7). Pero aplicando este principio todos tenemos otros dones que servirán para planear nuestro servicio a Dios.
    En segundo lugar los que se han convertido siendo adultos ya tienen una condición familiar y una carrera. Uno de los puntos más fuertes del evangelio es la capacidad que Dios da, de influir desde dentro en cualquier situación, casados, esclavos, etc. En el caso de hijos de creyentes, también tienen un entorno familiar que ha de guiar en sus decisiones. Nadie parte de cero. Todos hemos sido comprados con precio (v 23). El plan de Dios incluye cada detalle.
¿Estoy dispuesto a que Dios utilice todas mis circunstancias?

jueves, 24 de febrero de 2011

Limpieza

Vitaminas                           1 Cor 6:12-20
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    Hoy tocan dos capítulos cortos y un tema que encontramos en los dos. Dios nos toma a cada uno tal y como somos. Es una falacia muy grande decir, “Quiero mejorar mi vida y entonces me hago cristiano”. Precisamente la especialidad de Jesús es limpiar a pecadores. Pero también es una falacia decir, “Siendo cristiano me conformo a vivir como los demás.” Hay un motivo contundente por vivir una vida totalmente limpia. En la lectura de ayer vimos el principio básico de que todo lo que tenemos lo hemos recibido. Hoy leemos que no sois vuestros (6:19). Jesús no vino a este mundo para poner un poco de maquillaje sobre nuestros defectos. Vino para hacernos su propiedad. Pagó con precio de sangre (1 Pedro 1:19).
    Por eso es una cosa tan seria cuando la iglesia encuentra que uno de sus miembros vive en pecado y tiene que seguir las instrucciones de 1 Cor 5:1-13 para traer limpieza.
    Por eso es tan serio cuando hay hermanos enfrentados como en el caso de 1 Cor 6:1-8. Están presentando ante el mundo un Cristo manchado, y su propia incapacidad como iglesia para tratar desacuerdos entre hermanos.
    El punto de comienzo para practicar la limpieza que Dios ha conseguido para nosotros es saber que desde que Jesús pagó ese precio él tiene el derecho total sobre nuestras vidas. Y nosotros tenemos el privilegio de ser sus representantes aquí en la tierra.
¿Siento un tremendo deseo de una vida limpia?

miércoles, 23 de febrero de 2011

¿Quiénes son los mejores?

Vitaminas                           1 Cor 4:6 y 7
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    Mientras los corintios en su iglesia siguen actuando como niños comparando un predicador con otro, les recuerda Pablo una verdad que resuelve todos los conflictos sobre personajes. En el primer capítulo les dijo que no les faltaba ningún don, sino que habían sido enriquecidos en todo por Cristo. Ahora hace una pregunta sencilla- ¿Qué tienes, que no hayas recibido? (4:7)
    Vamos a dar un ejemplo: Uno de los hombres cuyo ministerio ha bendecido a más personas, mediante su predicación, libros, congresos, etc. ha sido Billy Graham. Él dice que cuando llegue al cielo la primera pregunta que quiere hacer al Señor es, “Dios, ¿por qué yo?”. Se da cuenta que todo ha sido recibido, que no hay el más mínimo motivo de orgullo. De modo que tampoco debemos formar grupos alrededor de alguna personalidad humana. Como ya hemos leído, “Todo es vuestro” (3:21 y 22).
    ¿Por qué no haces una lista de los cambios que sucederían en la iglesia si estuviésemos convencidos, no sólo que todo lo que tenemos ha sido recibido de Dios, sino que nos lo ha dado para compartir? Somos administradores de lo recibido, como dice Pablo mismo en el 4:1. Algunas personas ni siquiera llegan a ministrar en el área espiritual porque tropiezan en lo material. Jesús enseñó (Lucas 16:11) que hay que ser fieles primero con las posesiones y usarlas para hacer amigos para el reino de Dios.
    La iglesia de Corinto, en vez de pelear sobre personalidades exteriores, tenía que estar usando esos dones que tenían y así cada miembro crecería y no tendrían tiempo para fomentar divisiones.
¿Me he equivocado pensando que he inventado algo?

martes, 22 de febrero de 2011

¿Qué es un cristiano carnal?

Vitaminas                            1 Cor 3:10-15
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    Pablo estuvo un año y medio enseñando el evangelio en Corinto (Hechos 18:11) porque el Señor le había dicho que tenía allí mucho pueblo. Luego continuó en otras partes, contando con que continuase la obra de Dios entre ellos. Les corresponde a ellos edificarse mutuamente usando los dones (1:6,7) que tienen. Él se daba cuenta que les faltaba madurez pero sabía que tenían suficientes instrumentos como para seguir creciendo.
    Pero ese crecimiento se troncó debido a la carnalidad de los cristianos. Son como niños que no crecen. La descripción de Pablo es que “andan como hombres” (v 3). Es decir, que todo el partidismo, protagonismo y politiqueo que se encuentra fuera de la iglesia está funcionando entre ellos.
    Tienen que darse cuenta de su inestabilidad. Les habla Pablo de una recompensa y del peligro de perderla (v 14). Él personalmente ha realizado su labor de enseñarles el evangelio y su recompensa está garantizada (v 8). Ellos mismos son su obra (9:1). Llegó Apolos y regó lo que Pablo había plantado. Vemos la madurez de Pablo en que no considera en absoluto que Apolos sea un rival. 
    ¿Qué es ese fuego que quemará todo lo que no tiene valor? Las actividades carnales, la rivalidad entre creyentes se puede disimular con palabras espirituales. Habrá un día de juicio cuando todo lo que tiene buena apariencia pero que es carnal será quemado. Todo lo que hemos hecho por impresionar a los demás arderá. Son salvos porque han aceptado el evangelio pero sin premio (v 13). Lo que se construye según la sabiduría de este mundo (18 y 19) no vale en el reino de Dios.
¿Quiero impresionar a los demás o a Dios?

lunes, 21 de febrero de 2011

¿Cómo me voy a presentar?

Vitaminas (Lectura mínima)            1 Corintios 2:1-5
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    ¡Cuántas veces mi esposa me habrá mirado la forma de vestir pensando, “esos zapatos necesitan limpieza” o “ esa camisa está arrugada” porque ella está pensando en la impresión que alguien va a formar y quiere que sea positiva!
    Cuando Pablo visitó Corinto por primera vez, viajando desde Atenas, la ciudad de la sabiduría, se había dado cuenta que a los griegos les impresiona la sabiduría con palabras altisonantes. Si se presenta como sabio y erudito, a lo mejor puede introducir el evangelio con mayor efecto. Sabemos que a Pablo no le falta preparación. Es capaz de citar tanto las escrituras como los poetas y escritores conocidos en su tiempo.
    Pocos años después, escribiendo a la iglesia que se formó en Corinto él aclara la decisión que tomó. “Me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado” (1 Corintios 2:2). En vez de palabras persuasivas Pablo desecha la excelencia de palabras (v 1). En vez de enrollarse con la elocuencia, opta por la sencillez, convencido que el poder está en la presentación de la cruz de Cristo, un mensaje que a algunos les va a escandalizar.
    ¿Cómo hay que presentar el evangelio? Todo depende de los resultados que se pretende conseguir. Si Pablo hubiese querido una iglesia establecida sobre sofisticación humana (v 5), habría elegido otra táctica. Las dos clases de sabiduría no se mezclan. En la sabiduría humana, es obvio que cuanto más riqueza tienes, más influencia. Cuanto más numeroso tu ejército, más te puedes imponer. Esta clase de pensamiento es la que rechaza Pablo y está seguro (v 16) que tiene la mente de Cristo.
¿Por dónde ando en mi camino de conocer solamente la mente de Cristo?

domingo, 20 de febrero de 2011

Cómo evitar divisiones

Vitaminas                           1 Corintios 1:4-9
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    Hacia el final del libro de Romanos (16:17) Pablo advierte contra los que causan divisiones en la iglesia. En una carta que él escribió antes, 1 Corintios, cuya lectura empezamos hoy, vemos  (1:10) que la iglesia de Corinto era un ejemplo de divisiones causadas por esa tendencia humana a formar separaciones.
    Las divisiones en la iglesia son como la mala hierba en el campo. Se producirán siempre que no se tome medidas. Cuando Pablo da a esta iglesia esas palabras de ánimo (1:4-9) está tomando medidas de protección contra la división. Si ellos llegan a entender la grandeza de lo que Dios ha hecho por ellos, si se dan cuenta de que su vida está centrada en Cristo y no en personajes humanos, tendrán una fuerte unidad.
    Hay dos clases de personas que en especial son un peligro para la unidad de la iglesia. Primero, cristianos con poca experiencia que desde siempre tienen la costumbre de la crítica. Pero hay otro grupo más peligroso. Son cristianos con experiencia que han hecho de la iglesia un campo de protagonismo. Para ellos cualquier persona que tenga un ministerio atractivo es una amenaza. Pablo encontró personas así también en Filipos. Predicaban el evangelio por rivalidad. Pero el concepto que Pablo tenía de la iglesia era tan noble que incluso así se alegraba de que Cristo fuera anunciado. “Me gozo y me gozaré siempre” (Filipenses 1:18)
    Cuando la iglesia está unida puede realizar una labor grande. Cuando no hay unidad, queda un trabajo previo, buscar la unidad. Esto se hace hablando una misma cosa (v 10), centrándose en Cristo (v 31), de quien proviene todo lo que necesitamos, sabiduría, justificación, santificación, redención (v 30).

¿Hay más unidad en la iglesia debido a mi esfuerzo?