sábado, 2 de abril de 2011

La Lucha

Aperitivo                   Colosenses 2:1-7
Menú completo         Colosenses 2

    En su libro Mein Kampf (Mi Lucha), Adolfo Hitler quiso ganar simpatía por su causa Nazi. Tenía la intención de que su batalla personal fuese compartida por millones de personas. Al contrario de Hitler, que obró a base de odio, Pablo nos habla de una lucha, pero con el fin de que estemos unidos en amor (Colosenses 2:2).
    Es posible que alguien de la iglesia de Colosas dudase de la sinceridad de Pablo en la carta que les escribe. Parece que estos creyentes y Pablo no se conocen personalmente. ¿Qué derecho tiene, entonces, Pablo, de corregir sus faltas? Él aclara que esta epístola no es un ejercicio literario, sino que una parte de su gran lucha a favor de todos los creyentes entre los gentiles, aunque no hayan tenido el gusto de conocerse. Su apostolado se hace extensivo a las sucesivas generaciones de iglesias que se han levantado, no solo por el ministerio de Pablo, sino por alumnos suyos como Epafras (4:12).
    No hace falta ser el Apóstol a los Gentiles para sostener una gran lucha a favor de alguien. Recuerdo cuando yo pasaba por tiempos de gran dificultad, como mi madre me afirmaba. Ella temía que yo pudiera perder mi confianza en Dios, debido al mal testimonio de algunos creyentes. Posiblemente conozcas a alguien que necesita que se le recuerde la exhortación del v 6, Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él.
    Te lo agradecerán. Es una lucha. Este capítulo nos da todo un arsenal de recursos para ayudar a personas que flaquean. Las advertencias que valían en el primer siglo valen también en el 21.
¿A quien llamo hoy para fortalecerle en su lucha?

viernes, 1 de abril de 2011

Reconciliación

Aperitivo                   Colosenses 1:15-20
Menú completo         Colosenses 1

    En la ciudad de Waterloo, Canadá, un grupo de creyentes sentía de parte de Dios la necesidad de contribuir de una forma especial a la sociedad. ¿Cómo ayudar a las víctimas del crimen, y a la vez ofrecer un rayo de esperanza a los mismos ofensores? Con ese lema se formó Rayo de Esperanza, que colabora directamente con las autoridades, en sus propios centros de detención. Uno de los creyentes se llamaba Esteban. Un día dos chicos se escaparon de uno de los centros. Esteban, el guarda que los persiguió fue atacado por ellos con ladrillos y piedras, dejándole inconsciente y con un brazo paralizado.
    Estos creyentes, que se especializan en el tema de reconciliación entre agresores y víctimas, ahora se encontraban en la posición de víctima. En la reunión que se celebró entre los dos chicos y su familia con la familia de Esteban, de repente empezó a llorar la madre de uno de ellos. Se estaba dando cuenta de que no se trataba de un pleito y que el guarda estaba dispuesto a perdonar a su hijo.
    Vemos en la actuación de estos creyentes una pequeña parte de lo que es el propósito central de Dios, por medio de [Cristo] reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz (Colosenses 1:20).
    Lo que vimos en la carta a los filipenses, lo vemos aquí también. Nuestra esperanza, que está guardada en los cielos (v 5), sirve como rayo de esperanza a toda la gente que nos conoce. Vimos también en Efesios 2 que la voluntad de Dios es de reunir todas las cosas en Cristo. Por eso Pablo sigue gozándose en lo que padece (Col 1:24) porque está contribuyendo a esa voluntad. El poder de Dios actúa poderosamente en Pablo (29) porque Pablo está cumpliendo las aflicciones de Cristo (24).
¿Quiero participar en los sufrimientos de Cristo?

jueves, 31 de marzo de 2011

Algo que funciona siempre

Aperitivo                   Filipenses 4:1-4
Menú completo         Filipenses 3 y 4

    Ahora llega Pablo a un tema que le hace llorar. No llora su prisión, ni tampoco las injusticias que sufre por parte de colegas (c 1) sino la amenaza que ve para la iglesia (3:17). Hay muchas personas que quieren pervertir a la iglesia, rebajándola de un reflejo del cielo a un eco de valores terrenales.
    ¿Cómo es, entonces, que Pablo manda a la iglesia regocijarse (4:4)? ¿Cómo es que ellos sean para él motivo de gozo cuando él va embargado de tanta tristeza? ¿Cómo es que él introduce esta sección diciendo, Por lo demás, hermanos, gozaos en el Señor? Pablo no ha perdido el juicio bajo el peso de tanta responsabilidad y tanto dolor. Al contrario, su concepto de la realidad nunca ha sido más claro. Nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo. Él transformará nuestro cuerpo mortal en un cuerpo glorioso semejante al suyo, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas. (3:20, 21). Cuando los sentimientos del apóstol llegan a su punto más bajo, de repente él echa mano, no a un clavo ardiendo, sino a una fuerza sólida.
    Me pongo en el lugar de Pablo. Encarcelado injustamente, no puede hacer nada para proteger a su hijos del mal que cierne sobre ellos, se encuentra en una situación deprimente. Pero el cielo para él es tan real, que está deseando llegar (1:23). Por eso puede decir, cuando las cosas abruman demasiado, Por lo demás, hermanos, gozaos en el Señor (3:1). Es necesario que lleguemos a este convencimiento, porque es algo que siempre funciona.
    A que es fácil olvidar que Dios está en control; es fácil olvidar también que nuestro lugar con Dios está asegurado. La solución está en sumergirnos en textos como este y asimilar la actitud de gratitud y de gozo que practica Pablo.
¿Por qué no me gozo más en el Señor?

miércoles, 30 de marzo de 2011

Algo que muchas veces nos estorba

Aperitivo                   Filipenses 2:1-3
Menú completo         Filipenses 2

    Usamos el término “noviazgo” para describir un comienzo de relaciones, que luego podrían dificultarse. Ningún noviazgo se mantiene por la ley de la gravedad. Toda buena relación requiere atención porque va cuesta arriba.
    Pablo ha expresado su confianza de que Dios va a solucionar su problema y también el de los filipenses, pero quiere asegurarse de una cosa. Aunque los ataques a la iglesia desde fuera se pueden resistir y superar, si la iglesia no mantiene su unidad interior, puede naufragar. Después de hablar del conflicto que tenemos (1:30), dice en el 2:1, Por tanto. Y luego describe el camino de la unidad que, como compañeros de armas, hemos de mantener. Muchas veces lo que nos estorba en la lucha contra el diablo es el hecho de estar luchando los unos contra los otros.
    Estas instrucciones nos ayudarán a mantenernos en forma. Lo que se busca es tener un mismo sentir (2:2). Yo tengo compañeros con los que trabajo, y tú también. Con el paso del tiempo pueden suceder varias cosas que causen deterioro en las relaciones. Casi siempre empieza con algún pequeño malentendido, que en vez de tratar a fondo, se archiva y va produciendo cierta desconfianza. Ya no existe ese mismo sentir.

Pablo nos da fuertes motivos por conseguir ese mismo sentir.
¨ Consuelo en Cristo. Cuando ves que tu relación con tu hermano ha sufrido, quieres ponerle un bálsamo, tenderle la mano.
¨ Estímulo de amor. El deseo de que tu hermano no sufra.
¨ Comunión en el Espíritu. Esta comunión la puso Dios, y nos es violento ver que se pueda romper.
¨ Afecto entrañable. Somos hermanos y eso no se puede deshacer.
¨ Alguna misericordia. Reflejamos así el carácter de Cristo.
¿Estimo a los demás como superiores?

martes, 29 de marzo de 2011

Algo muy fácil de olvidar

Aperitivo (Lectura mínima)   Filipenses 1:12-14
Menú completo                    Filipenses 1

    Cuando nace la iglesia en Filipos, Pablo pasa una noche en la cárcel (Hechos 16), acusado de alborotador. La autoridad local, los magistrados y el carcelero, dependen de una autoridad superior, el Imperio Romano. Cuando Pablo es librado de la cárcel antes de la madrugada, ha entrado en juego otra autoridad, la de Dios. Me parece que en ningún momento Pablo se había olvidado de dos verdades importantes, que Dios está en control y que él se preocupa de nosotros.
    En Filipenses 1, Pablo comparte otro problema, esta vez más serio. Está en la cárcel en Roma cuando habla de las cosas que me han sucedido (v 12). La filosofía de Pablo respecto a problemas se resume en este versículo. Estas cosas han contribuido más bien al progreso del evangelio.
    Me extrañaría que hubiese algún lector de estos apuntes, que no tuviese problemas. Toma un momento para definir en qué área estás luchando en este momento. Pongamos como título a tu problema la letra X. Hagamos la pregunta, ¿Qué es más grande, Dios o X? Preguntemos también, ¿Dios se ha olvidado de mí? Leamos la respuesta en Filipenses 1:6, El que comenzó en vosotros la buena obra la perfeccionará hasta el día de Jesucristo. Mediante tu problema con X, Dios te está perfeccionando. A vosotros os es concedido a causa de Cristo, no solo que creáis en él, sino también que padezcáis por él (v 29). Habrá una solución final, la cual Pablo está deseando (v 23), la de partir y estar con Cristo, pero mientras tanto Dios está obrando en ti y por medio de ti.
    Sí, es fácil olvidar que Dios está en control y que se preocupa de ti. Pero es importante mantenerlo siempre presente para que nos comportemos como es digno del evangelio (v 27).
Sabiendo que Dios es más grande que X ¿cómo debo sentirme?

domingo, 27 de marzo de 2011

El tiempo

Aperitivo                   Efesios 6:18-24
Menú completo         Efesios 6

    Quedó claro que Dios está realizando su voluntad (1:11). Y que su instrumento preferido es el Cuerpo de Cristo, la Iglesia. ¿Cómo sería una iglesia que después de conocer el evangelio sólo tuviese para su dirección la Epístola a los Efesios? Tal iglesia existió, porque cuando esta carta es dirigida a la iglesia allí, los demás escritos apostólicos no han circulado ampliamente. Pienso que si la iglesia del siglo 21, todos los creyentes, no sólo los que tú conoces, se guiase de verdad por esta breve epístola, tendríamos una iglesia a la que nadie podría criticar de desobediente o por desviada.
    Efesios nos da el plan eterno de Dios, de reunir todas las cosas bajo Cristo. Nos da la clave a la que recurrió para hacerlo, el sacrificio de Jesús en la cruz (2:4 y 16). Nos coloca en un antes y después, participando ya con Dios en su gran programa. Nos da el gran ejemplo de la oración los unos por los otros, y nos pinta un cuadro precioso de cómo han de ser los que son redimidos por la sangre de Cristo. Unidos en amor, se edifican mutuamente (c 4).
    Efesios 6 es conocido por su instrucción respecto a la batalla. Somos soldados en lucha continua contra el príncipe de la potestad del aire. Creo que nunca en la historia hemos podido ver mejor cómo utiliza las fuerzas del aire, las ondas de los medios masivos. No lo digo para lamentarme de la corrupción a la que están expuestos nuestros hijos en la TV. Se nos llama a ganar la batalla, no a lloriquear nuestra derrota. Cuando al final Pablo dice que oren en todo tiempo (6:18) se me formula la pregunta, “¿Tendrán que apagar el televisor?” Se me ocurrió que este libro es de enorme relevancia y que los cambios que requiere en nosotros también son enormes.
¿Tiene para mi la misma importancia Efesios 6, como lo tiene la comida de hoy?

Contrastes

Aperitivo                   Efesios 5:28-33
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    Hemos visto como Pablo en la cárcel ejerce una autoridad fuera de su celda y fuera de su época, que supera la de cualquiera de sus contemporáneos, incluso los que le retienen preso. Así es el reino de Dios. Jesús venció a sus enemigos mediante su muerte en la cruz (2:16). El marido que quiere ayudar a su mujer se sacrificará por ella (5:25). A veces queremos evitar ese camino. Recuerda que Pedro quiso elegir otro camino para Jesús que no fuera la cruz. Tal vez algunas esposas tampoco entienden la forma en que Dios está guiando a su marido. Pero pueden confiar en Dios, quien nunca deja de dar su dirección. Si Dios mismo dice que el marido es cabeza de la mujer, entonces él no dejará de guiar al matrimonio mediante el marido. Dios es suficientemente grande como para no tener miedo a los errores que pueda hacer un marido. La posición de la esposa, aparentemente inferior a los ojos de los que no entienden, de ninguna manera es inferior a los ojos de Dios y los de su marido tampoco, quien prodiga cuidados amándola como a si mismo.
    Hay otro contraste, la de los malos días (v 16) y la actitud de los creyentes. Pablo parece pesimista cuando describe el tiempo como malos días pero él ha observado como el príncipe de la potestad del aire opera en los hijos de desobediencia (2:2). El mundo que nos rodea va camino al infierno. Bienaventurados los que lloran (Mateo 5:4) porque somos conscientes de las penas de los que no conocen a Dios. Sin embargo, Pablo en la cárcel canta alabanzas (Hechos 16). Los creyentes no metemos la cabeza en la arena, escapándonos de la realidad con recursos como el alcohol (Ef 5:18), porque somos conscientes de una realidad mayor, la que nos impulsa a cantar siempre. El Espíritu Santo no es una escapada de la realidad, sin que es la máxima realidad y por eso un cristiano descontento es un cristiano que se ha desconectado de su realidad principal.
¿Voy a permitir que la vida pasajera me quite la realidad mayor, de Efesios 5?