lunes, 16 de mayo de 2011

Contiendas ardientes

Aperitivo (Lectura mínima)            Judas vss 3 y 4
Menú completo                    Epístola de Judas

    Judas es un luchador. Ha visto un gran peligro y escribe para que la iglesia pueda defenderse. Encuentro una frase en la introducción a esta epístola en un comentario, que me llama mucho la atención, Era un daño cuya gravedad acentuaba el hecho de que quienes lo causaban se llamaban cristianos. ¿No te parece que en todas las épocas el peligro más grande es el que se ha colado dentro de la iglesia?   Recordemos la forma tajante en que Dios trató el pecado de Ananías y Safira (Hechos 5) para mantener la pureza de la iglesia. Un amigo nos cuenta que el mejor consejo que recibió recién convertido fue cuando su pastor le dijo que no se fijara en los creyentes. Yo me pregunto ¿qué clase de iglesia es la que tiene que advertir en primer lugar que sus miembros pueden ser un mal testimonio?
    Judas nos equipa para que contendamos ardientemente por la fe (v 3). En especial nos ayuda a identificar a los enemigos que están dentro. Yo cuento unas 20 características de estas personas, empezando con el hecho de que han entrado encubiertamente (v 4) y pasando por su rechazo a la autoridad (v 8) y advirtiéndonos de que hablan cosas infladas (v 16). Parece que no tienen abuela, y siempre tienen que alabarse a si mismos. Causan divisiones (v 19).
    Comentando hace poco la 3ª epístola de Juan, y la hospitalidad, mencioné el privilegio de hospedar a personas. A veces no son creyentes. Una de estas personas dijo en su último día en España que este contacto con creyentes la había hecho entender como nunca la importancia de Jesucristo para su vida. Creo que una de las cosas que le impactó fue participar con nuestro grupito de creyentes en las comidas que hacemos juntos en las diferentes casas. A lo mejor no son iguales a los ágapes (v 11) que celebraban las iglesias pero sí son fiestas de amor. Que el Señor nos ayude a que estas fiestas queden libres de manchas y el testimonio se mantenga limpio.
¿Sabré identificar el peligro?

Juan y Gayo

Aperitivo                            3 Juan vss 5-8
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    El destinatario de la tercera epístola es un hombre muy hospitalario. A Gayo se le agradece su atención a los viajeros, especialmente a los desconocidos (3 Juan v 5). En contraste, Diótrefes, dirigente en la iglesia, para poder ser el número uno no recibe a los que vienen con un mensaje de Dios.
    Se podría volver a examinar toda la cuestión de la hospitalidad a viajeros. Me acuerdo de unas conferencias en Madrid cuando pedían alojamiento para los que venían de lejos. Fue nuestro privilegio hospedar a unos hermanos de Huelva. El regalito de  unos cuadros de corcho sigue recordándonos esa grata experiencia. Por varios motivos se practica eso menos ahora. Preferimos alojarnos en hoteles y así no “molestar”. Aunque a veces es la solución más apropiada, algo se pierde. Antiguamente todos los domingos mi madre preparaba comida para tener invitados de la iglesia, o íbamos a casa de ellos. No sólo familia, sino una gran lista de amigos. Está bien comer juntos en un restaurante pero creo que se pierde algo. Por lo menos convendría reflexionar sobre el tema.
    Hemos disfrutado y hemos sido bendecidos abriendo nuestra casa a tres personas de dos nacionalidades, que se encontraban en España y necesitaban un lugar. Cuando bendecimos a otros, también somos bendecidos. 
    Una advertencia– antes de admitir a alguien en casa y en la iglesia, saber lo que enseñan (2 Juan v 10). Son los que vimos en 1 Juan 4, que socavan la obra de Cristo.
¿Hago un esfuerzo por practicar la hospitalidad?

domingo, 15 de mayo de 2011

Juan y la señora elegida

Aperitivo                            2 Juan vss 1-6
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    La segunda epístola de Juan va dirigida a “la señora elegida y a sus hijos”. Muchos comentaristas piensan que se refiere a una iglesia y no a una familia. Puedes leer esta carta despacio buscando pistas de por qué piensan así. Una que se me ocurre es que a Juan le gustan las frases descriptivas en lugar de nombres como “el discípulo a quien amaba Jesús” (Juan 3:23).
    Igual como hace Pablo, Juan se goza grandemente cuando sus hijos andan en la verdad. Yo me he alegrado cuando mis hijas sacaban buenas notas. Ha sido motivo de gozo cuando encontraron excelentes maridos. Pero más que nada su madre y yo nos alegramos cuando ponen la verdad de Dios por encima de gustos personales.
    Le vemos a Juan preocupado por el bienestar de sus “hijos” y en este caso los “hijos” de la “señora elegida”. Los temas aquí son similares a algunas de las cosas tratadas en 1 Juan. ¿Por qué ese énfasis en el peligro del anticristo (v 7)? Para Juan, este personaje, no es que vaya a aparecer en un escenario apocalíptico futuro, sino que se encuentra actuando ya. Quien hace esto es el engañador y el anticristo. Su ataque contra la iglesia consiste “simplemente” en decir que Jesucristo no vino en carne. Esto significaría que no tenemos un Salvador. Cuando alguien se transforma en enemigo de Cristo no podemos andar con medias tintas. Se hace una clara división. Los que han pasado por la iglesia para luego tergiversar la enseñanza no tienen lugar en nuestras casas (v 10).
    A Juan, el discípulo del amor, le vemos aquí como una osa defendiendo a sus cachorros. Los apóstoles van a desaparecer de la escena. Lo que va a perdurar son estas palabras de su pluma, inspiradas por el Espíritu de Dios. Es esencial que avise de los peligros.
¿Soy tolerante con lo que Dios no tolera?