Este capítulo tiene detalles difíciles de explicar. Algunos entienden, por los vss 3 y 4 y 9, que Pablo les habrá escrito otra carta (ya desaparecida) después de 1 Corintios y antes de esta 2ª. De todas formas la enseñanza aquí es válida para nosotros:
1) en casos de comportamiento escandaloso por parte de un creyente, la iglesia entera (Mateo 18:17) tiene la responsabilidad de influir en esa persona para que se arrepienta sinceramente.
2) La duración de la disciplina que le imponen es hasta que se arrepiente, y entonces se le ofrece total perdón y bienvenida a la comunión de los hermanos.

2:1- Decidí, pues, no
haceros otra visita que os causara tristeza. 2- Porque si yo os entristezco,
¿quién me hará sentir alegre, de no ser vosotros, a quienes he entristecido? 3-
Por eso os escribí como lo hice, porque no quería ir para que me
entristecierais vosotros, que más bien deberíais alegrarme. Estaba seguro de
que todos haríais vuestra mi alegría; 4- pero cuando os escribí esa carta me
sentía tan preocupado y afligido que hasta lloraba. Sin embargo, no la escribí
para causaros tristeza, sino para haceros ver cuán grande es el amor que os
profeso.
Perdón
para el ofensor de Pablo
5- El que ha causado
tristeza, no solo me la ha causado a mí, sino hasta cierto punto también a
vosotros. Y digo “hasta cierto punto” por no exagerar. 6- El castigo que la
mayoría de vosotros ha impuesto a esa persona es ya suficiente. 7- Lo que ahora
debéis hacer es perdonarle y ayudarle, no sea que tanta tristeza le lleve a la
desesperación. 8- Por eso os ruego que nuevamente le demostréis el amor que le
profesáis. 9- Ya antes os escribí sobre este asunto, precisamente para probaros
y saber si estáis dispuestos a seguir mis instrucciones. 10- Así que, a quien
vosotros perdonéis algo, también yo se lo perdono. Y se lo perdono, si algo hay
que perdonar, por consideración a vosotros y en presencia de Cristo. 11- Así
Satanás no se aprovechará de nosotros, pues conocemos muy bien sus mañas.
Intranquilidad
de Pablo en Tróade
12- Cuando llegué a la
ciudad de Tróade para anunciar el evangelio de Cristo, se me presentó una gran
oportunidad de trabajar por el Señor. 13- Pero mi ánimo no estaba tranquilo,
porque no encontré a nuestro hermano Tito. Por eso me despedí de ellos y me fui
a Macedonia.
Acción de gracias
14- Gracias a Dios que
siempre nos lleva en el desfile victorioso de Cristo, y que por medio de
nosotros da a conocer su mensaje, esparciéndolo por todas partes como un aroma
agradable. 15- Porque nosotros somos como el olor del incienso que Cristo
ofrece a Dios y que se esparce tanto entre los que se salvan como entre los que
se pierden. 16- Para los que se pierden, este incienso resulta un aroma mortal;
pero para los que se salvan es una fragancia que les da vida. ¿Y quién está
capacitado para esto? 17- Nosotros no andamos negociando con el mensaje de
Dios, como hacen muchos. Al contrario, hablamos con sinceridad delante de Dios,
como enviados suyos que somos y por nuestra unión con Cristo.
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