Y no sé si alguna vez se acostumbró al continuo rechazo por parte de los judíos. Aquí, en el v 6 abandona el intento de compartir con ellos el Evangelio.
Pablo tiene súper claro cuál es su vocación. Cada uno de nosotros tenemos también nuestra misión en la tierra. Aquila y Priscila encuentran su misión en Corinto. Ellos luego ayudan a Apolos a descubrir la suya. Si hemos conocido el amor de Dios, nuestra misión en la vida es compartir ese amor y ese mensaje con las personas que nos rodean. Todas las demás actividades traen sólo beneficios terrenales. El invertir en las vidas produce beneficios eternos. Cuanto más sentimos ese amor, más seremos como Pablo, que no podía parar mientras quedaba alguien que necesitaba de su mensaje.
Pablo en Corinto
18:1- Después de
esto, Pablo salió de Atenas y se fue a Corinto. 2- Allí encontró a un judío
llamado Áquila, natural de la región del Ponto. Poco antes, Áquila y su esposa
Priscila habían llegado de Italia, de donde tuvieron que salir porque el
emperador Claudio había ordenado que todos los judíos salieran de Roma. Pablo
fue a visitarlos, 3- y como tenía el mismo oficio que ellos, que era hacer
tiendas de campaña, se quedó a su lado para trabajar juntos. 4- Todos los
sábados iba Pablo a la sinagoga, y trataba de convencer lo mismo a los judíos
que a los no judíos. 5- Cuando Silas y Timoteo llegaron de Macedonia, Pablo se
dedicó a anunciar el mensaje y a probar a los judíos que Jesús era el Mesías. 6- Pero ellos se pusieron en contra suya, y le
insultaron, por lo que Pablo se sacudió las ropas en señal de protesta y les
dijo:
–Vosotros tenéis la culpa de vuestra propia perdición. Yo
no me hago responsable. De hoy en adelante me dirigiré a los que no son judíos.
7- Salió de allí y entró en casa de uno llamado Ticio Justo, que adoraba a Dios
y vivía al lado de la sinagoga. 8- Crispo, jefe de la sinagoga, junto con toda
su familia, creyó en el Señor; y también muchos de Corinto, al oir el mensaje,
creyeron y fueron bautizados. 9- Una noche, el Señor dijo a Pablo en una
visión: “No tengas miedo. Sigue anunciando el mensaje y no calles, 10- porque
yo estoy contigo y nadie podrá hacerte daño, pues muchos de esta ciudad pertenecen
a mi pueblo.” 11- Así que Pablo permaneció un año y medio en Corinto, enseñando
entre ellos el mensaje de Dios. 12- Pero en el tiempo en que Galión era
gobernador de Acaya, los judíos se juntaron contra Pablo. Le llevaron al
tribunal 13- y dijeron al gobernador:
–Este hombre anda convenciendo a la gente de que deben
adorar a Dios en una forma que va contra la ley. 14- Pablo estaba a punto de
hablar, cuando Galión dijo a los judíos:
–Si se tratara de algún delito o crimen grave, yo, por
supuesto, me tomaría la molestia de oiros a vosotros los judíos; 15- pero como
se trata de palabras, de nombres y de vuestra ley, arregladlo vosotros mismos.
Yo no quiero meterme en esos asuntos. 16- Y los echó del tribunal. 17- Entonces
agarraron todos a una a Sóstenes, jefe de la sinagoga, y le golpearon allí
mismo, delante del tribunal. Pero Galión no hacía el menor caso.
Regreso de Pablo a Antioquía
18- Pablo se quedó aún bastantes días en Corinto. Después
se despidió de los hermanos y se embarcó con Priscila y Áquila para ir a la
región de Siria. En Cencreas, antes de embarcar, se rapó la cabeza para cumplir
una promesa que había hecho. 19- Cuando llegaron a Éfeso, Pablo, dejando a
Priscila y Áquila, entró en la sinagoga para hablar con los judíos que se reunían
allí. 20- Estos le rogaron que se quedara más tiempo, pero no quiso, 21- sino
que se despidió diciendo:
–Si Dios quiere, volveré otra vez a visitaros.
Después se embarcó y partió de Éfeso. 22- Pasando por
Cesarea, llegó a Jerusalén para saludar a los de la iglesia, y de allí se
dirigió a Antioquía.
5. Tercer
viaje misionero de Pablo
Pablo recorre Galacia y Frigia
23- Al cabo de cierto tiempo salió de nuevo a recorrer
uno por uno los lugares de Galacia y Frigia, animando a todos los creyentes.
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