Vamos a hacer con la lectura de Los Hechos de los Apóstoles algo parecido a cómo hemos leído los Evangelios, entretejiendo otros textos en su lugar cronológico. No tenemos 4 libros paralelos pero sí escritos de los apóstoles que será interesante conocer en el momento en que fueron redactados, sobre todo las epístolas de Pablo. Pero empecemos con el primer capítulo de este libro, escrito por el Evangelista Lucas.
Hechos 1:1-26 El primer relato que escribí, Teófilo, trató de todo lo que Jesús comenzó a hacer y a
enseñar, 2- hasta el día en que fue recibido arriba,
después de que por el Espíritu Santo había dado instrucciones a los apóstoles
que había escogido. 3- A éstos
también, después de su padecimiento, se presentó vivo con muchas pruebas
convincentes, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles de lo
concerniente al reino de Dios. 4- Y
reuniéndolos, les mandó que no salieran de Jerusalén, sino que esperaran la
promesa del Padre: La cual, les dijo, oísteis de mí; 5- pues Juan bautizó con
agua, pero vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de pocos
días. 6- Entonces los que estaban reunidos, le
preguntaban, diciendo: Señor, ¿restaurarás en este tiempo el reino a
Israel? 7- Y Él les dijo: No os
corresponde a vosotros saber los tiempos ni las épocas que el Padre ha fijado
con su propia autoridad; 8- pero recibiréis poder cuando el Espíritu Santo venga sobre
vosotros; y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta
los confines de la tierra.
9- Después de
haber dicho estas cosas, fue elevado mientras ellos miraban, y una nube le
recibió y le ocultó de sus ojos. 10- Y estando mirando fijamente al cielo mientras
El ascendía, aconteció que se presentaron junto a ellos dos varones en
vestiduras blancas, 11- que les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis
mirando al cielo? Este mismo Jesús, que
ha sido tomado de vosotros al cielo, vendrá de la misma manera, tal como le
habéis visto ir al cielo. 12- Entonces
regresaron a Jerusalén desde el monte llamado de los Olivos, que está cerca de
Jerusalén, camino de un día de reposo. 13- Cuando
hubieron entrado en la ciudad, subieron
al aposento alto donde estaban hospedados, Pedro, Juan, Jacobo y Andrés, Felipe
y Tomás, Bartolomé y Mateo, Jacobo hijo
de Alfeo, Simón el Zelote y Judas, hijo de Jacobo.
14-
Todos éstos estaban unánimes, entregados de continuo a la oración junto
con las mujeres, y con María la madre de
Jesús, y con los hermanos de El.
15- Por aquel
tiempo Pedro se puso de pie en medio de los hermanos (un grupo como de ciento
veinte personas estaba reunido allí), y dijo:
16-
Hermanos, tenía que cumplirse la Escritura en
que por boca de David el Espíritu Santo predijo acerca de Judas, el que se hizo
guía de los que prendieron a Jesús. 17- Porque era
contado entre nosotros y recibió parte en este ministerio. 18- (Este, pues, con el precio de su infamia adquirió
un terreno, y cayendo de cabeza se reventó por el medio, y todas sus entrañas
se derramaron. 19- Y esto
llegó al conocimiento de todos los que habitaban en Jerusalén, de manera que
aquel terreno se llamó en su propia lengua Acéldama, es decir, campo de
sangre.) 20- Pues en el libro de los Salmos está escrito:
QUE SEA HECHA DESIERTA SU MORADA, Y NO HAYA QUIEN HABITE EN ELLA; y: QUE OTRO
TOME SU CARGO. 21- Por tanto, es necesario que de los hombres
que nos han acompañado todo el tiempo que el Señor Jesús vivió entre
nosotros, 22- comenzando desde el bautismo de Juan, hasta
el día en que de entre nosotros fue recibido arriba, uno sea constituido
testigo con nosotros de su resurrección.
23-
Presentaron a dos: a José, llamado Barsabás (al que también llamaban
Justo) y a Matías. 24- Y habiendo
orado, dijeron: Tú, Señor, que conoces el corazón de todos, muéstranos a cuál de estos dos has escogido 25- para ocupar este ministerio y apostolado, del
cual Judas se desvió para irse al lugar que le correspondía. 26- Echaron suertes y la suerte cayó sobre
Matías, y fue contado con los once apóstoles.
Estos discípulos reciben instrucciones generales y completas, hasta los confines de la tierra. También reciben instrucciones inmediatas, no salir de Jerusalén, sino esperar.
Es importante que tengamos el mismo punto de vista. El trabajo termina cuando toda la tierra haya escuchado el Evangelio. El siguiente paso nos lo dará el Señor en su momento adecuado. Aunque no es malo tener planes a largo plazo, como expresa Pablo en Romanos 15:24, indicando su intención de llegar a España, sin embargo, Dios, el Señor de la cosecha, reserva el derecho de indicarnos planes que no estaban en los nuestros. Veremos en este libro como eso le pasaba a Felipe, a Pedro, a Pablo y unos cuantos más.
Te habrás fijado que los ángeles le dan importancia a la geografía. Saben que todos estos discípulos son de Galilea, como van a reconocer la gente de Jerusalén en el siguiente capítulo. Jesús cosechó Galilea con los 12. Ahora comienza en Jerusalén y no parará.
No hay comentarios:
Publicar un comentario