sábado, 16 de febrero de 2019

Mirad al hombre



16-febrero

Mateo  27:15-26

15
  Ahora bien, en cada fiesta, el gobernador acostumbraba soltar un preso al pueblo, el que ellos quisieran.
16  Y tenían entonces un preso famoso, llamado Barrabás.
17  Por lo cual, cuando ellos se reunieron, Pilato les dijo: ¿A quién queréis que os suelte: a Barrabás o a Jesús, llamado el Cristo?
18  Porque él sabía que le habían entregado por envidia.
19  Y estando él sentado en el tribunal, su mujer le mandó aviso, diciendo: No tengas nada que ver con ese justo, porque hoy he sufrido mucho en sueños por causa de El.
20  Pero los principales sacerdotes y los ancianos persuadieron a las multitudes que pidieran a Barrabás y que dieran muerte a Jesús.
21  Y respondiendo, el gobernador les dijo: ¿A cuál de los dos queréis que os suelte? Y ellos respondieron: A Barrabás.
22  Pilato les dijo: ¿Qué haré entonces con Jesús, llamado el Cristo? Todos dijeron: ¡Sea crucificado!
23  Y Pilato dijo: ¿Por qué? ¿Qué mal ha hecho? Pero ellos gritaban aún más, diciendo: ¡Sea crucificado!
24  Y viendo Pilato que no conseguía nada, sino que más bien se estaba formando un tumulto, tomó agua y se lavó las manos delante de la multitud, diciendo: Soy inocente de la sangre de este justo; ¡allá vosotros!
25  Y respondiendo todo el pueblo, dijo: ¡Caiga su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos!
26  Entonces les soltó a Barrabás, pero a Jesús, después de hacerle azotar, le entregó para que fuera crucificado.

Marcos   15:6-15
6  Ahora bien, en cada fiesta él acostumbraba soltarles un preso, el que ellos pidieran.
7  Y uno llamado Barrabás había sido encarcelado con los sediciosos que habían cometido homicidio en la insurrección.
8  Y subiendo la multitud, comenzó a pedirle que hiciera como siempre les había hecho.
9  Entonces Pilato les contestó, diciendo: ¿Queréis que os suelte al Rey de los judíos?
10  Porque sabía que los principales sacerdotes le habían entregado por envidia.
11  Pero los principales sacerdotes incitaron a la multitud para que le pidiera que en vez de Jesús les soltara a Barrabás.
12  Y Pilato, tomando de nuevo la palabra, les decía: ¿Qué haré, entonces, con el que llamáis el Rey de los judíos?
13  Ellos le respondieron a gritos: ¡Crucifícale!
14  Y Pilato les decía: ¿Por qué? ¿Qué mal ha hecho? Y ellos gritaban aún más: ¡Crucifícale!
15  Pilato, queriendo complacer a la multitud, les soltó a Barrabás; y después de hacer azotar a Jesús, le entregó para que fuera crucificado.

Lucas 23:13-25
13  Entonces Pilato convocó a los principales sacerdotes, a los gobernantes y al pueblo,
14  y les dijo: Me habéis presentado a este hombre como uno que incita al pueblo a la rebelión, pero habiéndole interrogado yo delante de vosotros, no he hallado ningún delito en este hombre de las acusaciones que hacéis contra El.
15  Ni tampoco Herodes, pues nos lo ha remitido de nuevo; y he aquí que nada ha hecho que merezca la muerte.
16  Por consiguiente, después de castigarle, le soltaré.
17  Y tenía obligación de soltarles un preso en cada fiesta.
18  Pero todos ellos gritaron a una, diciendo: ¡Fuera con éste, y suéltanos a Barrabás!
19  (Este había sido echado en la cárcel por un levantamiento ocurrido en la ciudad, y por homicidio.)
20  Pilato, queriendo soltar a Jesús, les volvió a hablar,
21  pero ellos continuaban gritando, diciendo: ¡Crucifícale! ¡Crucifícale!
22  Y él les dijo por tercera vez: ¿Por qué? ¿Qué mal ha hecho éste? No he hallado en El ningún delito digno de muerte; por tanto, le castigaré y le soltaré.
23  Pero ellos insistían, pidiendo a grandes voces que fuera crucificado. Y sus voces comenzaron a predominar.
24  Entonces Pilato decidió que se les concediera su demanda.
25  Y soltó al que ellos pedían, al que había sido echado en la cárcel por sedición y homicidio, pero a Jesús lo entregó a la voluntad de ellos.

Juan 18:39, 19:1-6
39  Pero es costumbre entre vosotros que os suelte a uno en la Pascua. ¿Queréis, pues, que os suelte al Rey de los judíos?
1  Pilato, pues, tomó entonces a Jesús y le azotó.
2  Y los soldados tejieron una corona de espinas, la pusieron sobre su cabeza y le vistieron con un manto de púrpura;
3  y acercándose a El, le decían: ¡Salve, Rey de los judíos! Y le daban bofetadas.
4  Pilato salió otra vez, y les dijo: Mirad, os lo traigo fuera, para que sepáis que no encuentro ningún delito en El.
5  Jesús entonces salió fuera llevando la corona de espinas y el manto de púrpura. Y Pilato les dijo: ¡He aquí el Hombre!
6  Entonces, cuando le vieron los principales sacerdotes y los alguaciles, gritaron, diciendo: ¡Crucifícale! ¡Crucifícale! Pilato les dijo: Tomadle vosotros, y crucificadle, porque yo no encuentro ningún delito en El. 

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Esta frase de Pilato, He aquí el Hombre (Ecce Homo), ha inspirado un montón de obras de arte. Ésta es la que pintó Antonio Ciseri en el siglo 19. Hagámoslo. Miremos a Jesús, condenado por su propio pueblo. Se me traslada la mente a su iniciación en el ministerio cuando fue bautizado por Juan Bautista. La gente ha pasado por el Río Jordán, confesando sus pecados y saliendo limpia. Jesús, sin pecado, pasa por la misma agua y sale cargando los pecados del mundo. Se oye un mensaje del cielo, Este es mi Hijo amado en quien me he complacido. (Mateo 3:17). Mirad al hombre, mirad la humanidad, a punto de ser rescatada de la desobediencia de Adán y de Eva. Un tiempo después llegan Elías y Moisés para hablar de lo que va a hacer y se oye la misma voz, Este es mi Hijo amado en quien me he complacido; a El oíd. Ahora es un procurador romano, conocido por su crueldad, quien nos invita a contemplar, a fijarnos en este hombre. El pensamiento me estremece. Un sólo hombre, voluntariamente, sufriendo por la humanidad. Esto requiere una respuesta seria por mi parte. 




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