11-enero
Mat 20:29-34
29
Al salir de Jericó, le siguió una gran multitud.
30
Y he aquí, dos ciegos que estaban sentados junto al camino, al oír que
Jesús pasaba, gritaron, diciendo: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de
nosotros!
31
Y la gente los reprendía para que se callaran, pero ellos gritaban más
aún, diciendo: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros!
32
Deteniéndose Jesús, los llamó, y dijo: ¿Qué queréis que yo haga por
vosotros?
33
Ellos le dijeron*: Señor, deseamos que nuestros ojos sean abiertos.
34
Entonces Jesús, movido a compasión, tocó los ojos de ellos, y al
instante recobraron la vista, y le siguieron.
Mar 10:46-52
46
Entonces llegaron* a Jericó. Y cuando salía de Jericó con sus discípulos
y una gran multitud, un mendigo ciego llamado Bartimeo, el hijo de Timeo,
estaba sentado junto al camino.
47
Y cuando oyó que era Jesús el Nazareno, comenzó a gritar y a decir:
¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!
48
Y muchos lo reprendían para que se callara, pero él gritaba mucho más:
¡Hijo de David, ten misericordia de mí!
49
Y Jesús se detuvo y dijo: Llamadle. Y llamaron* al ciego, diciéndole:
¡Anímate! Levántate, que te llama.
50
Y arrojando su manto, se levantó de un salto y fue a Jesús.
51
Y dirigiéndose a él, Jesús le dijo: ¿Qué deseas que haga por ti? Y el
ciego le respondió: Raboní, que recobre la vista.
52
Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha sanado. Y al instante recobró la
vista, y le seguía por el camino.
35
Y aconteció que al acercarse a Jericó, un ciego estaba sentado junto al
camino mendigando.
36
Al oír que pasaba una multitud, preguntaba qué era aquello.
37
Y le informaron que pasaba Jesús de Nazaret.
38
Entonces gritó, diciendo: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!
39
Y los que iban delante lo reprendían para que se callara; pero él
gritaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí!
40
Jesús se detuvo y ordenó que se lo trajeran; y cuando estuvo cerca, le preguntó:
41
¿Qué deseas que haga por ti? Y él dijo: Señor, que recobre la vista.
42
Jesús entonces le dijo: Recibe la vista, tu fe te ha sanado.
43
Y al instante recobró la vista, y le seguía glorificando a Dios; cuando
toda la gente vio aquello, dieron gloria a Dios.
1
Habiendo entrado Jesús en Jericó, pasaba por la ciudad.
Como en el caso del endemoniado de Gadara, algún evangelista menciona 2, y otro se centra en uno principal. Aquí el principal ciego es Bartimeo. Los 3 escritores sinópticos, Mateo, Marcos y Lucas, tienen cada uno su óptica y se enfocan en diferentes detalles. Es recomendable leerlos despacio y formar una imagen mental lo más completo posible.
Me he fijado en un pequeño detalle que encontramos en Marcos 10:50. ¿Por qué tira su manto al suelo? Tal vez por ir con menos trabas a Jesús. ¿Estará confiado en poder volver viendo y encontrar el manto y saber de qué color era? El manto se lleva cuando uno sale a la calle en el mes de Marzo. Todavía está en la calle. La escena parece un poco ridícula. Pero nada tiene de ridículo lo que sucede después. Ve. Sigue a Jesús. Y si sigue siguiendo llegará a Jerusalén y podrá ver con sus nuevos ojos al rey, el Hijo de David, entrar montado en la ciudad al son de hosannas.
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