Y una
gran señal apareció en el cielo: una mujer vestida del sol, con la luna debajo
de sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza; estaba encinta, y
gritaba, estando de parto y con dolores de alumbramiento. Entonces apareció
otra señal en el cielo: he aquí, un gran dragón rojo que tenía siete cabezas
Menú completo Apocalipsis
12
El libro del Apocalipsis empieza con una escena local. Juan
escribe desde una isla a 7 iglesias que en el continente. Pero llega a una
escena universal, con una batalla cósmica. Aquí en el c 12 conecta con el
comienzo de la humanidad, cuando la serpiente trajo el mal a la raza. Esa
serpiente antigua es el dragón (12:9 y 20:3) que le hace la guerra contra la
mujer vestida del sol.
¿Quién es esta mujer? Es la madre del que va a regir a las
naciones con vara de hierro (v 5). También es madre de los que tienen el
testimonio de Jesús (v 17). Es objetivo principal de la furia del diablo. Es
indefensa. En vez de pelear tiene que huir, incluso volando. No se le
identifica con la misma claridad con que es identificado el dragón que la
ataca. Pero viste con el sol, pisa la luna y tiene una corona de 12 estrellas.
Por eso se le suele relacionar con la novia ataviada para su esposo (21:2), que
es la Iglesia en toda su amplitud.
Hemos visto que quien vence es el Cordero que fue
sacrificado. Los que vencen aquí también lo hacen mediante la sangre del
Cordero (12:11). Esto es un texto clave para cualquiera que quiere ser
victorioso. Si somos limpios mediante la sangre de Cristo, el diablo no nos
puede tocar. Si usamos la palabra de nuestro testimonio estamos resistiéndole
activamente. Dispuestos a sacrificar nuestra vida estamos siguiendo al Cordero.
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