Otro ángel vino y se paró ante el altar con un incensario
de oro, y se le dio mucho incienso para que lo añadiera a las oraciones de
todos los santos sobre el altar de oro que estaba delante del trono. Y de la
mano del ángel subió ante Dios el humo del incienso con las oraciones de los
santos. Y el ángel tomó el incensario, lo llenó con el fuego del altar y lo
arrojó a la tierra, y hubo truenos, ruidos, relámpagos y un terremoto. Entonces
los siete ángeles que tenían las siete trompetas se prepararon
Menú completo Apocalipsis
8 y 9
El séptimo sello del libro sellado (c 5) se divide en 7
partes (8:2). Son 7 trompetazos. Vemos aquí otra vez la importancia que tienen
las oraciones de los creyentes. Las 7 trompetas, que son intervenciones de Dios
en la tierra, suceden después de derramar el incienso, que es las
oraciones de los cristianos. Hemos visto que algunos mediante su muerte
contribuyen para hacer progresar el plan de Dios (6:11). Otros lo hacen por su
vida de oración. En esta actuación final de Dios figura de forma clave el
incensario que contiene las oraciones de todos los creyentes (8:3).
Estas oraciones en sí no son suficientes, pero son
necesarias. Porque a ellas se añade mucho más incienso. Podemos
imaginarnos muchas oraciones de hombres y mujeres de Dios, a través de la
historia, personas que no han visto las contestaciones (por ejemplo, los de
Hebreos 11:36-40). El Señor no se tarda en cumplir su promesa... sino que es
paciente para con vosotros (2 Pedro 3:9). Esta promesa incluye nuevos
cielos y nueva tierra, en los cuales mora la justicia (2 Pedro 3:13). Dios
da oportunidad a todos. Pero algunos no se arrepienten de sus homicidios y
de sus hechicerías y de su inmoralidad y de sus robos (Apoc 9:21)
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