Aperitivo Apocalipsis 11:16-19
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Hubo un tiempo cuando tenía ganas de entender todos los detalles de estas descripciones del Apocalipsis. De muy pequeño miraba un libro que tenía mi padre con dibujos de dragones y otras criaturas, todo con su explicación de lo que iba a pasar en el futuro. Ahora prefiero centrarme en lo que sí puedo entender, y dejar que el Espíritu de Dios vaya abriendo las demás verdades a su tiempo. Una cosa que queda clara es que todos los grandes sucesos de estos capítulos tienen un punto de arranque, las oraciones de todos los creyentes (8:5) en consonancia con lo que han dicho todos los profetas de Dios. (10:7).
Hagamos eco de las palabras de los 24 ancianos cuando ven lo que Dios está haciendo, Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, el que eres, que eras y que has de venir, porque has tomado tu gran poder y has reinado (11:17). Nuestra condición actual es la que describe Hebreos 2:8, todavía no vemos que todas las cosas le sean sujetas. Pero como hemos apostado por ganador seguro, podemos perfectamente alabar al que va a ganar.
Posiblemente hoy vas a ver el telediario. Últimamente estamos con el morbo continuo de la “violencia de género”, contabilizando cuántas mujeres han sido asesinadas por sus maridos, y cuántas de ellas son inmigrantes, etc. A lo mejor conoces alguna familia donde alguien sufre malos tratos. Todo ello es fruto de la obra del diablo entre la humanidad. Lo mismo sucede entre las naciones. Se airaron (11:18). Y parece que de momento Dios queda quieto. No quiere arrancar el trigo con la cizaña (Mateo 13:29). Pero este capítulo de la historia se cerrará. Contra la ira de las naciones se presentará la ira de Dios. Podemos alabar a Dios ya por su justicia y podemos pedir que llegue pronto.
¿Necesito aprender más paciencia?
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