Aperitivo Apocalipsis 21:1-8
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En nuestro tiempo muchas cosas están fuera de lugar. Hay gente en el poder que no deben. Hay personas encarceladas que merecen libertad. Los hay que se matan trabajando y no ganan para vivir. Todo esto podría incluirse bajo la epígrafe, Las primeras cosas (21:4). Cuando terminen las primeras cosas el Esposo y la Esposa disfrutarán el uno del otro por toda la eternidad. El tabernáculo de Dios estará con los hombres. No habrá distancia entre Dios y sus criaturas. Fuimos hechos para él, y por fin estaremos a su lado.
No hay más lágrimas. Parece que algunos llegarán con lágrimas porque Dios se las tendrá que enjugar. Pienso que todos tendremos lágrimas cuando nos demos cuenta de las oportunidades que hemos perdido en el tiempo de las primeras cosas. Dirás, “Yo desobedecí a Dios en ese punto, y jamás podré recuperarlo.” Dios dirá, “Tienes razón, pero mi provisión de perdón es tan amplia que a partir ahora lo vas a olvidar. Quiero verte feliz.” Y pasará el paño por tu cara y a partir de ese momento sólo podrás disfrutar de él. Las primeras cosas pasaron, llegarán las cosas nuevas.
El mar ya no existe. Lo que era la base de la vida del planeta, el agua, es sustituido por el agua de vida. Lo mismo el sol, ya todas las necesidades son provistas por Dios mismo, directamente. El dolor desapareció, y el clamor. ¡Satisfacción total! Y los que han excluido a Dios de sus vidas quedan excluidos de su presencia.
¡Transparencia! La santa ciudad es diáfana como el cristal (21:11). No hay nada que esconder. La calle misma es como vidrio trasparente (21:21). Dios ya no tiene secretos para nosotros.
¿Cuál es mi verdadero hogar?
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