Se le concedió hacer guerra contra los santos y vencerlos; y se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación
Juan está conectando aquí con las profecías de Daniel. El ángel Miguel (Apoc 12) es introducido allí. Y la guerra contra los santos también es un tema de Daniel (Dan 7:21). La idea de que Satanás pueda vencer a los santos de Dios resulta desalentador. Preferimos estar al lado del ganador. Así que, hay que entender en qué consiste esta aparente victoria de Satanás, en este caso representado por la bestia.
En primer lugar, Alguien le concede hacer esta guerra y vencer (13:7). Esto es algo que hemos visto a través del Apocalipsis. Es Dios quien da – autoridad, galardones, tiempo, coronas, espada, vestiduras blancas, trompetas, incienso, llaves, poder, alas. Y Dios permite que algunos de los suyos sean llevados a la cautividad y a la espada (13:10). Tenemos un paralelo de ello cuando Satanás entra en Judas para que entregue a la muerte a Jesús. Luego Jesús resucitó. Las victorias de Satanás siempre son el primer paso para su derrota. Aquí está la perseverancia y la fe de los santos. Es como decía Jesús, Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma (Mateo 10:28). La grandeza del pueblo de Dios es especialmente aparente en los momentos cuando es amenazado.
Aunque ha habido muchos intentos de especificar quiénes son las dos bestias, sin ponerse de acuerdo, podemos sin embargo recoger aquí lecciones que son aplicables a nuestra particular guerra. Aprendemos algo nuevo aquí sobre el Cordero, que tiene un libro en que aparecen escritos desde la fundación del mundo, los nombres de los suyos. Si tanto tiempo lleva Dios con su plan, ningún enemigo le podrá derrotar.
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