En el gran proyecto de Dios no habrá esclavos. Esa igualdad se declara en las epístolas a los gálatas y a los colosenses. Y se entiende cada vez que el Evangelio nos recuerda que somos hijos de Dios. Pero en el mundo romano hay muchos esclavos. Siguiendo el ejemplo de Jesús, que ejerció su poder sin violencia, la Iglesia va poniendo ejemplo, siendo la luz del mundo. Filemón es un hombre rico, amigo de Pablo. Onésimo es un esclavo escapado, que se convirtió al Evangelio visitando a Pablo en la cárcel. Cuando Pablo manda a Onésimo regresar a la familia donde se escapó, le escribe a Filemón una frase sorprendente, Trátalo como a mi mismo.
En este video tenemos una excelente explicación de lo que pasaba.
Con mínima coacción y máxima persuasión Pablo da a entender que Onésimo, como hermano de Filemón, ahora ha de ocupar un lugar diferente en el hogar.
Saludo
1:1-
Pablo, preso por causa de Cristo Jesús, y el hermano Timoteo, a
Filemón, nuestro querido colaborador, 2- y también a la hermana Apia, y a
Arquipo, compañero nuestro en la lucha, así como a la iglesia que se
reúne en tu casa. 3- Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo derramen su
gracia y su paz sobre vosotros.
El amor y la fe
de Filemón
4-
Siempre doy gracias al acordarme de ti en mis oraciones, 5- porque he tenido
noticias del amor y de la fe que profesas al Señor Jesús y a todos los que
pertenecen al pueblo santo; 6- y pido a Dios que tu participación en
la misma fe te lleve a comprender todo el bien que nosotros podemos hacer por
amor a Cristo. 7- Estoy muy contento y animado por tu amor, ya que, gracias a
ti, hermano, el corazón de los que pertenecen al pueblo santo ha sido
consolado.
Intervención a
favor de Onésimo
8-
Por eso, aunque como apóstol de Cristo tengo derecho a ordenarte lo que debes
hacer, 9- prefiero rogártelo en nombre del amor. Yo, Pablo, ya anciano y ahora
preso por causa de Cristo Jesús, 10- te pido un favor para Onésimo, que
aquí en la cárcel ha venido a ser mi hijo en la fe. 11- En otro
tiempo, Onésimo fue para ti un esclavo inútil, pero ahora nos es útil tanto
a ti como a mí.
12-
Te lo envío de nuevo: trátalo como a mí mismo. 13- Yo habría querido
que se quedase aquí conmigo, para que me sirviera en tu lugar mientras estoy
preso por causa del evangelio. 14- Pero no quiero hacer nada que tú antes no
hayas aprobado, para que el favor que me haces no sea por obligación sino por
tu propia voluntad. 15- Tal vez Onésimo se apartó de ti por algún
tiempo para que ahora le tengas para siempre, 16- no ya como un esclavo sino
como algo mejor: como un hermano querido. Yo le quiero mucho, pero
tú debes quererle todavía más, no solo como persona sino también como hermano
en el Señor.
17-
Así pues, si me tienes por hermano en la fe, recíbele como si se tratara de mí
mismo. 18- Si te ha hecho algún daño o te debe algo, cárgalo en mi cuenta.
19- Yo, Pablo, escribo esto de mi propio puño y letra: Yo lo
pagaré. ¡Aunque bien podría recordarte que tú me debes tu propia persona! 20- Sí,
hermano, hazme este favor como creyente en el Señor. Consuela mi corazón como
hermano en Cristo. 21- Te escribo porque estoy seguro de tu obediencia y sé que
harás más de lo que te pido. 22- Aparte de esto, prepárame
alojamiento, pues espero que, en respuesta a vuestras oraciones, Dios os
concederá que vaya a veros.
Despedida
23-
Saludos de Epafras, mi compañero de cárcel por la causa de Cristo Jesús, 24- y
también saludos de Marcos, Aristarco, Demas y Lucas, que me ayudan en el
trabajo. 25- Que el Señor Jesucristo derrame su gracia sobre
vosotros.
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